Hoy hemos podido conocer a través del trabajo del canal de YouTube
NX Gamer un curioso efecto de las condiciones en las que el superéxito
The Witcher 3: Wild Hunt llegó en su momento a Xbox One. Cuando Geralt comenzó su tercera aventura en la consola de Microsoft, su presentación fue limitada por CD Projekt a una resolución de 1600 x 900 píxeles, una medida adoptada para optimizar el rendimiento que fue acompañada de una velocidad de animación variable.
Posteriores parches del juego en su versión física (y las actualizaciones de la digital) lograron mejorar el código hasta el punto de ofrecer una resolución dinámica que se mantenía la mayor parte del tiempo en los 1080p, pero fijaron también el objetivo de rendimiento en los 30 FPS.
El responsable de este canal, que anteriormente había analizado en detalle los efectos de estos parches, ha explicado que al ejecutar el juego en versión física sin aplicar ningún parche en Xbox One X, el carácter libre de su velocidad de animación conduce a una ejecución que se mantiene cómodamente en los 60 FPS en el desarrollo general y cae a cerca de los 40 solamente en las grandes ciudades.
La aplicación de los parches bloquea la resolución y el rendimiento de animación y no ofrece ahora mismo a los usuarios de Xbox One X muchos incentivos con respecto a la versión inicial. El estudio ha confirmado que lanzará una actualización oficial para esta consola que añade oclusión ambiental, mejora el filtrado de texturas y su resolución en una presentación 4K pero todo parece indicar que el objetivo de rendimiento se mantendrá fijo en los 30 cuadros por segundo.
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