Capítulo II "El REENCUENTRO CON VANESA
María , pasó toda la noche debatiéndose entre si la decisión que había tomado era la correcta o no, sabía que iba a ser duro, que lo que se le avecinaba no era nada fácil.
Al día siguiente , despertó mirando el otro lado de la cama, viendo que ya no estaba él, se había marchado a trabajar como de costumbre. Pensó que sería mejor recoger sus cosas y marcharse, pero ¿hacia dónde?.
Se encontraba más sola y perdida que nunca ante tanta incertidumbre. Entre tanto, mientras iba metiendo ropa de forma desordenada, como ida, sonó el teléfono.
- ¿Diga?- preguntó casi con temor, pensando que pudiera ser su marido intentando hacerla desistir de su idea.
- Hola María, ¿cómo estás?- la voz le era conocida pero no acertaba en esos momentos de tanta tensión,de quien podía ser.
- Soy yo, Javier -.
Javier. es un amigo incondicional de María, ese a quien todo le confiaba tan desmedidamente.
El rostro de María, que mostraba signos de haber pasado una larga noche en vela, se iluminó por completo.
- ¡Javier, eres tú! ¡ Gracias a Dios! - exclamó con tanta ansiedad como alivio.
Javier , sin apenas dejala continuar, le preguntó - ¿He acertado en llamarte para quedar para tomarnos un café en el bar de siempre?
- Sí Javier porque tengo mucho que contarte y demasiado fuerte como para hacerlo por teléfono. Bajo en 5 minutos.
Después de revolver todo el armario probándose todo lo que encontraba a su paso, terminó por ponerse lo primero que se había probado. Dió el último vistazo como visto bueno frente al espejo para retocarse y se marcho apresuradamente con un bolso cojido de bandolera casi al vuelo.
La bajada en ascensor se tornó interminable. Al salir a la calle se puso las gafas de sol, el contraste de sombra luz al salir del portal la hacía avanzar casi con los ojos cerrados.
- ¡Dios , María! pareces un vampiro,¿ no soportas la luz o no quieres que vea las ojeras que asoman por debajo de las gafas?
preguntó Javier con tono algo irónico intentando animarla un poco.
María se echó las manos a las gafas rápidamente e indecisa le preguntó : ¿tanto se me nota?
- Anda calla y no te preocupes, sigues estando tan preciosa como siempre boba, no me hagas caso. - Respondía Javier tomándola del brazo y pellizcándole cariñosamente la mejilla.
- Subamos al coche, que por el camino he pensado que sería mejor llevarte a otro sitio donde te puedas desahogar más a gusto , lo de tomar café no me pareció buena idea, conociéndote como te conozco, si estás nerviosa, con el café, te me subes por las paredes - volvió a replicar Javier tomando las riendas de la situación.
María , aún no reaccionaba y se dejaba convencer.
Durante el camino, al ver que no había mediación de palabra alguna, Javier decidió suavizar la situación poniendo algo de música:
"Tengo una cosita que su peso en oro vale...............................", María se avalanzó sobre el radio para darle más voz de forma bastante sobresaltada como saliendo del trance en el que estaba y exhalando con satisfacción : - "Me encanta esta canción"
Javier , al ver que había conseguido sacarla al menos por unos momentos del mal trago que estaba pasando , por la razón que fuera que la atormentase, se limitó a poner atención a la voz de maría mientras tatareaba la letra de la misma.
Llegando al río, acabó la canción y el rostro de María, aunque no tan pálido como al salir de casa, volví a entristecerse.
- Cuéntame , mi niña, ¿qué es lo que te tiene así?- dijo Javier en un tono muy dulce y tranquilizante.
- Javier, sabes que lo mío con mi marido, no va bien, pues, he tomado una decisión - María, calló por unos instantes como para tomar aire y contarle a su amigo lo que él ya sospechaba de algunamaner.
- Me separo Javier, tiro la toalla, no puedo más.
- Javier no pareció asombrarse ante tal declaración pero aún así insistió : - María, no lo hagas.
-¿Por qué me dices eso?
- Creéme, sé que tarde o temprano te arrepentirás y te hundirás de tal forma que acabarás contigo misma.
Rápidamente, a María, se le encharcaron los ojos de lágrimas y no fue capaz de replicar ante tal exposición de argumentos.
Cuando se encontró algo más calmada, le replicó a Javier : - De verdad , lo he intentado todo, he hablado con él, pero, ni me ve, ni me oye, soy totalmente invisible a sus ojos, ¡Es que no lo entiendes!- exclamó casi gritándole.
Javier se sobresaltó un poco al ver la desesperación de su amiga que volvió a romper a llorar.
- Sussssssssssssss, no llores - dijo abrazándola contra su pecho intentando calmarla, María, debes intentar serenarte, así no arreglas nada.
- Tengo miedo Javier, estoy muerta de miedo, no sé qué va a ser de mí ahora, ni dónde puedo ir, me siento inútil, perdida y no sé a quién recurir.
- pues a tu monday, a quien si no, traquila - repitió Javier en un nuevo intento de serenarla.
- Escúchame, - dijo Javier con voz mucho más firme- tengo confianza en ti, sé que saldrás de esta, tomarás las riendas de tu vida, es la oportunidad que siempre has esperado para demostrarte a ti misma lo que vales, no lo hagas por nadie, hazlo por ti, encuéntrate a ti misma, sé que es duro, todo cuesta en esta vida, pero merecerá la pena.
- María se quedó algo asombrada ante tales palabras, pero mucho más tranquila.
- Mira, hacemos una cosa, esta noche te quedas a dormir en mi casa, comparto el piso con una chica muy simpática y no creo que le importe.
María , no muy convencida, asintió con la cabeza sin más preámbulos mientras se dirijían al coche.
Ya en casa de Javier, anticipándose a la presentación de este.
¡Vanesa!, ¡ qué alegría! ¿qué haces tú aquí?- gritó María muy emocionada.
- cuanto tiempo, intenté ponerme en contacto contigo, pero te habías mudado y nadie sabía nada de nada.
- Sí , mis padres ya no viven en el barrio, vendieron la casa y se mudaron.
- Díos, te veo estupenda.
Entre tanto saludo, Javier sintiéndose algo desplazado , replicó:
- eeeeeeeeeoooooooooo, sigo aquí, María- vanesa, Vanesa- María, ¿me he perdido algo?. Apuntó Javier con tono algo irónico.
-Deja que te explique Monday mío - así le llamaba María cariñosamente.
- vanesa, es una amiga de la infancia con la que perdí el contacto hace años cuando se fue a vivir a Algeciras.
- La de aventuras que hemos vivido juntas eh.
- Sí, las mejores- asintió María con aire algo melancólico.
- Bueno, dejémonos de monsergas y pasemos a la acción, esta noche somos tres en el "hotel" - refirió javier intentando ser de nuevo quien controlase la situación.
- ¡Que buena idea! - dijo Vanesa sin saber nada de lo que estaba ocurriendo.
Esa noche , transcurrió recordando viejos tiempos entre amigas. Javier, al ser posterior a esa fechas, se sentía algo desplazado y no paraba de meter baza, aunque se sentía satisfecho de haber contribuído a que María sonriese de la manera que lo hacía, al ver como se le iluminaban de emoción los ojos al reencontrarse con su amiga, le gustaba verla feliz.