Hola a quien lo lea.
La figuración en Tirante el blanco ha finalizado, mi actuación marlonbrandoniana de guardia bizantino (tío que está tieso con una lanza y una espada en el cinturón) merece el oscar al mejor figurante sin lugar a dudas, si existiera esa categoría. En ese sentido, la figuración a sido un verdadero asco, estar de pie con cara de calzoncillo incómodo no es muy enriquecedor, pero, en otro sentido he vivido una de las mejores experiencias de mi vida .
Al mirar la ficha de la película solo me fijé en el director, Vicente Aranda , no llegué a ver el reparto de actores, ese detalle me ha llevado por primera vez a no creer lo que mis ojos veían horas más tarde.
Retrocedamos unas 6 horas en el tiempo…
Una vez en la plaza San Felip Neri, en la sala de maquillaje, en la puerta esperando mi turno para ser transformado en una pelusa con armas, veo que en una silla apartada del resto de la zona de maquillaje una chica que habla por el móvil en inglés mientras es maquillada. Una de las protagonistas, pienso, pero esa chica tenía un aire familiar, la reconozco progresivamente por la voz. Recuerdo perfectamente esa voz de la entrevista que le hizo en el 2004 Manel Fuentes en Fuentes y CIA , que tengo grabada. Pero, no puede ser, la miro con descaro, para asegurarme, mientras me repito no puede ser ella, ¿que hace aquí?. Compruebo con sus frases que esa voz es la misma que me provoca con madness , acaricia con enjoy de ride y me entristece con my love .
Tras largos minutos de intentar despertar de un sueño comprendo que estoy viendo a Leonor Watling hablar por teléfono con quién sabe que afortunada persona, no puede ser verdad, y por eso sigo mirándola con una cara de bobo bobísimo.
Me toca el turno de maquillarme y en un gran espejo me miro sin saber bien si me reconozco o no, cosas de dudar de lo que ven tus propios ojos, ¡no puede ser que sea ella! . Leonor se sienta en la silla de al lado y la continúan maquillando, si el gran espejo en el que nos mirábamos tuviera sentido del humor creo que todavía se seguiría riendo de mi cara de estúpido, ¡no puede ser que sea ella! . Me obligo a reunir fuerzas para hablar con ella, que estas oportunidades son únicas en la vida y le digo con una voz tímida: ¿Leonor? y ella se gira y en lugar de decir un ¡No hables más!, vamos a las Vegas, casémonos con testigos disfrazados de cantantes Country y hagamos el amor en el desierto, bajo la luz de la luna, te llevo amando en la sombra toda mi vida dice un ¿Si? . Entre balbuceos más o menos inteligibles le digo ¿Sería posible después una foto? y contesta con un alentador Sí, por supuesto. Me siento estúpido, infantil y para justificarme logro decir un No me he comportado como un fan radical, he conseguido mantener la compostura y ella me regala una poética carcajada, luz en mi oscuro nerviosismo. Aquí acaba la conversación, a ella la siguen maquillando un enjambre de personas mientras yo espero que mi perilla falsa se seque en mi cara sudada de nervios. ¡Que absurdos son los nervios!
En el rodaje mi gran e importante función consistía en estar de pie con cara de mondadientes cabreado viendo pasar a Leonor y a un general molesto que entablan conversación en una escalera, escalones arriba, escalones abajo se pasaron las 7 tomas de esta escena.
Al acabar el rodaje espero como un psicópata calculador que ella salga y recuerde su promesa, pero no es así, sale y sigue su camino dando mordiscos a una afortunada manzana. La sigo y le lanzo de nuevo un tímido ¿Leonor? que escucha a la primera, siento perseguirte para hacerme una foto contigo le digo como una quinceañera enamorada sin atreverme a mirarla a los ojos. Ella me dice un venga, tira y la foto queda hecha, yo con la apropiada cara de lerdo que llevaba toda la tarde y ella con expresión de mordisco manzanero. Un gracias y un correspondido gracias a ti dan por finalizada nuestra relación, la veo marchar y no consigo ordenar mi cabeza para correr tras ella tocarla en el hombro y decirle Imagina un chico que entiende el cine como su único medio de expresión intentando entrar en ese mundo haciendo cortometrajes, que adora el Jazz y el grupo Marlango, del que se ha comprado sus discos y los venera. Un día viene a hacer una figuración a una película y en maquillaje se encuentra con su cantante favorita, su actriz preferida, las dos en una, y le maquillan al lado de ella, y la ve actuar a escasos metros de él durante toda la tarde, y este chico pide a la importante actriz que se tome un café con el, solo para hablar de cine, de música, de ella y como comenzó, como lleva esa vida, solo hablar con ella y que sepa que significa ella para el. ¿Que le diría esa actriz?
Pero eso me lo recito a mi mismo en el metro, de vuelta a casa, mientras un grupo de jóvenes cantan flamenco y fuman en el vagón, si fuera director de cine escribiría un guión sobre este encuentro, contrataría a Leonor como la actriz importante y haría que al joven se le ocurriera esta frase en el momento idóneo, modificaría la realidad por otra que puedo controlar, claro, que eso es lo que hacen los directores de cine, y yo no lo soy.
Donde quiera que estés, Leonor, te adoro, juro ante el dios en el que no creo que si te vuelvo a ver te diré las cosas que nunca te dije, aunque por otra parte esto es una promesa estúpida, ¿desde cuando se tienen segundas oportunidades?
Es desgarrador el pensamiento de no aprovechar las guindas que nos da la vida.
EDITO: Quito las fotos porque creo que sobran en este foro, el relato com experiencia encaja pero las fotos, esto no es un fotoblog. Las dos fotos siguen estando en mi blog, el link es la viñeta de Calvin, en mi firma. No lo hago por que se visite mi blog, es que no me gusta la idea de poner las fotos en el relato.
Un saludo.