Estrictamente hablando si una empresa no se va a la quiebra es porque no es una mala empresa. Su éxito económico se debe a que está satisfaciendo de alguna forma la demanda y necesidades de sus consumidores. Y así seguirá haciéndolo mientras la jugada siga saliendo bien. Ergo, en última instancia no hay malas empresas. Lo que hay son malos consumidores.
Hemos de tener en cuenta que una empresa va a llevar al límite sus políticas con tan de maximizar beneficios. Esto es especialmente significativo si es una empresa con una masa de consumidores fidelizada desde hace años o décadas. Saben que, hagan lo hagan, van a tener unas ventas fijas garantizadas. Eso no las hace malas. Las hace inteligentes, si es que se puede afirmar tal cosa de una persona jurídica.