Hoy necesité dejar descansar el verso y
volver a escribir un poco de narrativa.
La enorme limosina se había llevado a los novios hacía una hora en camino al aeropuerto donde partirían de madrugada. La fiesta se apagaba lentamente con los últimos albores de la noche, algunos invitados dormían sobre la hierba y otros aun tenían fuerzas para brindar una ultima vez.
Apoyado contra la columna el hombre observaba el paisaje, ella se acerco y apoyo su espalda junto a el, reposando su cabeza en su hombro en un gesto que el otro acepto impasible. Ella apenas había pasado la adolescencia y el se sentía cómodo en su treintena…
-Ya esta… está casada… se ha ido…- susurro ella al vacío- Puedes acabar con esta representación… ¿Qué te retiene aquí?…-
El callo durante unos minutos y finalmente oteó el horizonte.
-Este es mi lugar… -respondió- Junto a ella, junto a ti… -
-Hipócrita…-dijo ella hundiendo su rostro contra el cuello de su camisa- La amas con locura… no me mientas… tus ojos brillan cuando la miras… ¡por que has dejado que se fuera con el! ¡Eres un estúpido! –le espetó con sus lagrimas reflejando el nuevo amanecer-
-¡Erika! –La miró, la miró con sus ojos profundos marrones que tanto sabían expresar y que también ella había aprendido a apreciar- ¡soy vuestro tutor!, me hice responsable de vosotras, sois mi responsabilidad… ¿Cómo podría mirar a tu padre a la cara?-
-¡Deja de culparte maldita sea! –Gimió ella- No fue tu culpa el accidente, tu no mataste a padre y a madre por mucho que te lo repitas, si hubieras estado en el almacén cuando estalló la bombona, tu también habrías muerto… y nosotras nos hubieras quedado de verdad solas…- había agarrado la solapa de su camisa- has hecho tanto por nosotras y nosotras tan poco por ti…-
-Erika…- la tomo por sus hombros y la abrazó dulcemente contra su pecho- solo he hecho lo mejor para vosotras… sois lo mejor que me ha pasado en mi vida… tenéis que ser felices, eso me hará feliz a mi…-
-Pero tu podrías haber sido feliz con ella…- replicó ella- Erais la pareja perfecta… siempre soñé con veros a los dos juntos… desde mucho antes de que mis padres… porque… porque si tu y ella estaban juntos significaba que seriáis felices ¡y yo no me sentiría tan culpable por amarte!-
-Pequeña mía…- acarició su cabello- no somos una familia corriente… pero somos una familia al fin y al cabo… -con un pañuelo secó sus lagrimas- A veces por el bien de los que quieres debes hacer sacrificios… ahora que eres ya casi adulta deberías empezar a entenderlo…-
Callada le dio la espalda unos momentos antes de girarse, y ante su sorpresa, colgarse de su cuello para darle un beso para alejarse con unos ligeros saltos después.
-Somos una familia… pero siempre podemos soñar ¿verdad?…-le confesó mirándole sobre su hombro antes de marcharse corriendo hacía el salón de celebraciones.
El se quedó de nuevo solo, se toco los labios y sonrió orgulloso, sin duda Erika se convertiría en una gran mujer cuando finalmente abriese sus alas. Alzó una copa de licor y brindó contra el amanecer que orgulloso despuntaba contra el horizonte.