Yo sólo conozco a una persona que, desde el primer minuto, me cayera como el culo, pero es porque se comportó como una borde impresentable conmigo y me soltó un par de frases en un tono, cuando menos, inadecuado para alguien que conoces desde hace cinco minutos. Ni que decir tengo que ya no conozco a nadie que quiera saber nada de esa persona.
Por lo demás, yo soy bastante frío: nadie me cae estupendamente bien desde un primer momento, pero tampoco mal. Mi torpeza social tiene muchos inconvenientes, pero me da la ventaja de ser incapaz de juzgar a la gente por una tarde de cerveceo o un par de citas con unos amigos comunes.