Extraño,
Nocturno,
Oscuro,
Negro.
Salía de la celda de castigo, chupado, desganado, ciego, obtuso. Sólo la esperanza de ver la luz pincelaba un brillo en sus ojos, un brillo oscurecido y circundado por un morado contundente en cada una de sus ojeras. Pero eso le daba igual, hoy volvía a su celda, a ver a más gente, a no sentirse sólo. A comer. A dormir en un colchón.
Arrogante,
Perturbador,
Vengativo,
Y homófobo.
La prisión le hacía ser así, resultó ser el peor invento de la historia, los resultados eran catastróficos. La vida de un hombre en la cárcel sólo conseguía despertar al odio más yaciente y a la desesperación más temida.
Reza,
Cuenta,
Pasa,
Acaba.
Había acabado su condena. No tenía a nadie. Llevaba 30 años a la sombra. No sabía ni a donde ir. Echaba de menos su celda, su colchón, y su viejo pupitre en el que escribía todas las noches, entre las 10 y las 11, hora de acostarse, porque él era libre,una hora al día.
Huele el mar
ahógate en fuego
calma la brisa
con tu silencio.
Conviértete en ángel moribundo,
bate las alas huyendo de ti,
deja atrás la sombra de tu ser,
que sólo quede lo blanco y puro.
Cada anochecer baja la basura cerca del portal, él la tira con aires de descuido, sujetando la puerta del portal con el pie, a la luz intermitente de una farola en la cual se distinguen polillas y demás insectos revoloteando alrededor como si fuera la entrada a algún sitio divertido.
Cierra los ojos,
Respira.
Eres libre.
Y?