Libre Irrealidad (Relato)

Capítulo uno, El Último Sueño


No sería más de las 4 de la tarde cuando me pusieron el último en la cabeza. Como siempre a los pocos segundos todo se volvió oscuro. Y...y ahí volvía ella, era como si de repente apareciese. Mi corazón late más fuerte y supongo que ellos lo notarán. Digo algo estúpido porque estoy muy nervioso porque tengo ganas de verla y la vez no, no sé porque cierro los ojos y de repente noto como me besa y se separa, los abro y la veo allí diciéndome un millón de cosas sobre las que no me entero de nada ya que lo único que quiero es que nos volvamos a encontrar, así que como un crio vuelvo a cerrar los ojos para ver si la magia se vuelve a repetir y se repitió... Al abrir de nuevo los ojos me sonreía y me decía otro millón de cosas, la cogí del cuello, la miré a los ojos y la besé, era ella, pero de repente... de repente todo desapareció...

Bien, ponedle el último electrodo y dadle algo de morfina, en cuanto se duerma venid aquí. Espero que hoy empiece rápido, a veces le cuesta más de una hora empezar y luego... ¡e e venid rápido! hoy a empezado demasiado temprano y nunca había sido tan fuerte, su corazón late muy rápido y los electrodos dicen que utiliza más capacidad que nunca de su cerebro, ¿que cuales usa? a ver que... aquí el ordenador dice que utiliza la de los sentidos, los recuerdos y los sentimientos, sobre todo el de los sentimientos está actuando muy fuerte. ¡Mierda! Estaros atentos o le dará algo, cada vez va a más, no sé que estará pasando pero como siga así se nos va a ir de la manos.
-Un pequeño ruido continuo haría que todos se pusieran alerta, un simple pero no poco importante pitido, después del cual se escuchó...- ¡Joder el carro de paradas!




Capítulo Dos. Así empezó todo


Eran más de las tres de la tarde cuando llegó a casa cansado. El aerotransportador que pidió desde el trabajo tardó más de la cuenta, al parecer había tráfico en la ciudad -es increíble como en el 2028 seguimos con tráfico...-.
Abriendo la puerta con desdén se introdujo en su apartamento, el piso 17D, decimoséptima planta como pueden imaginar. Tiro sin descaro las llaves y colgó la cazadora. El apartamento estaba demasiado tranquilo... demasiado. No olía a pan recién traído ni al aroma del almuerzo. Algo extrañado se dirigió a la habitación y observó que en la parte de arriba del vestidor faltaba una maleta.
Al rato, después de haber leído una pequeña nota de despedida encima de la mesa del comedor, se tiró en la cama, se quitó los zapatos con los pies y se puso a pensar -porqué no me di cuenta de esto mucho antes...- Poco a poco fue cerrando los ojos hasta que, queriendo o no, se quedo dormido.

-¿Don... dónde estoy?- Dijo buscando con las manos algo donde apoyarse, topándose en el aleteo con el roce de la suave tela, con el roce de posteriormente su suave piel. -Cielo, tranquilo, ¿te encuentras bien?- Susurró aquella melódica voz que durante mucho tiempo le despertó con un te quiero. Abrió los ojos como si vida propia tuvieran y quisieran luchar contra la oscuridad ofrecida, gratamente a veces, por sus párpados. Y allí, allí estaba ella, labios carnosos pero no muy grandes, rojos color granate natural, tez clara, su hermoso pelo rubio rodando por su espalda y un mar iluminando su visión. En cuanto la vio, allí, tan entregada a él, la besó desesperadamente, la beso y se perdió en sus besos, se perdió en su mirada, se perdió en el cosquilleo incesante que se encontraba en su pecho, en su estomago, en todo su cuerpo. Subiendo su mano acariciando su espalda hasta llegar a su pelo y apretarla contra él, contra sus labios, para no perderla nunca más.
La separó de él, la miró con descaro de arriba abajo, su escultural cuerpo, sus pechos perfectos, su hermosa sonrisa tontorrona que se le quedaba cuando la besaba así y sin ningún otro aparato especial veía a su vez su corazón, su alma, su todo. Él, sinceramente, no podía nada más que abrazarla, ya que no se lo creía, no creía que todo aquello que había pasado era nada más que un triste sueño, un triste y desgraciado sueño que nunca debería de ocurrir aunque... desgraciadamente, no sabe él porque, cerró los ojos y posteriormente un simple y aunque ruidoso pitido, haría que volviese en sí, escuchando a su lado -Señor Adam, son las 8 de la tarde-. No era más, que el pequeño despertador acomodado en su mesa de noche.
Como no queriendo despertar no abrió los ojos, los cerró fuertemente intentando que todo aquello no fuera un sueño si no que esto lo fuese, pero por desgracia, la dulce tela del camisón no era más que el tacto de la almohada y la boca besada no era más, que fría y simplemente, una broma de su mente.

-Era todo tan... tan real...no podía ser un simple sueño, tengo que volver, no sé cómo pero tengo que volver- Se dijo para sí intentando darse ánimos, cogiendo unos vaqueros y una camiseta del vestidor y poniéndosela, a la vez que unos tenis que no tenían más de 2 semanas.
Bajando efusivamente las escaleras y cruzando la calle llegaría al café, donde mañanas y tardes paraba para leer la prensa digital a veces, o incluso, porque no, tomar un café.



Capitulo tres. El café


El aroma a café inundaba aquel pequeño establecimiento en la calle Arturo, nombre del establecimiento a su vez. Sentándose en una de aquellas mesas que hacían de mesa y de pantalla táctil a la vez, Adam pedió un expreso.

En "El digital" había las mismas noticias de siempre -al parecer mi abuela no mentía cuando decía que en la televisión siempre ponían lo mismo- dijo riéndose para sí. Apoyando el dedo índice en la pantalla iba bajando poco a poco viendo lo típico, "desastre natural arroya equis pueblo", "los niños de equis colegio realizan una actividad multicultural", "El alcalde de equis inaugura una nueva estación de aerotransportadores". Al poco el maître traería su expreso y un par de galletas, típica cortesía de "Arturo".
"Arturo" aparte de grandes maîtres también tenía una gran decoración, mezclando lo antiguo con lo moderno, sillones de cuero como en las antiguas películas americanas y mesas "Plasmax" a su vez.
Adam, cansado del periódico, miraría a su alrededor buscando alguna cara conocida, ya que su ímpetu iba descendiendo poco a poco como la nata de su café, pero desgraciadamente no encontró a nadie.
Cansado de auto mutilarse mentalmente empezó a pensar en aquel sueño, aquel sueño tan extraño pero a la misma vez tan real, no fue un sueño cualquiera. El sabía diferenciar entre un sueño de estar montando una bicicleta de crio o estar montado en un columpio, no, éste era distinto.
Las sensaciones habían sido demasiado reales, aquel tacto, el sabor de sus labios... en aquel momento se dio cuenta de algo, ese sueño (si era sueño) fue la primera vez que ella durmió en casa, si desde luego fue aquella vez. Podría diferenciar aquel camisón entre todos los del mundo, color rosa, con tirantes, de tela fina y fresca y con un pequeño dibujo de una rosa en su centro y aquel tacto... por aquel tacto fue por lo que lo compró. Recuerda como aquel día lo despertó besándolo poco a poco desde el cuello hasta los labios y posteriormente susurrándole al oído -te quiero-.
-No... No puede ser...mente no me puedes hacer esto-.Presionando en el "Plasmax" apareció la cuenta y poniendo su dedo índice en el recuadro indicado pagaría la cuenta -Gracias por su visita a "Arturo"- dijo una voz metálica y femenina.

Al salir no eran más de las 9 de la tarde, mirando a ambos lados de la calle y reteniéndolo un poco el sol descendiendo en el atardecer cruzaría para llegar al portal. Deslizó la pequeña llave electrónica en la rendija abriéndose la puerta y caminó hasta al ascensor, pidiendo que bajara y posteriormente que subiera.
Llegó a casa y añoró ahora el olor a la cena. Se dirijo a la cocina, cogió un poco de pan de molde y se hizo unos cuantos sándwiches de salmón, que posteriormente devoraría mirando el televisor en el salón -rollo...rollo....rollo...telebasura...- dijo sonando el típico "bip" al pulsar las teclas del mando y quedándose al final viendo una película que ponían en el canal "Stars", era la preferida de ella -que ironía...-
Al cabo de un par de horas se iría a la cama, con la sensación de que algo faltaba y sin ganas de conciliar un irresistible sueño.



Capitulo cuatro. Un giro a la vida


Con los ojos abiertos se mantuvo las dos siguientes noches. Habían pasado varias semanas y a cada noche el sueño era más y más intenso, hasta llegar al punto de no diferenciar cada sueño con la realidad.

-Persianas arriba- fue lo que pronuncio para poder ver el amanecer entre edificios, a la misma vez que se levantaba para seguir la maldita monotonía que no hacía más que matarlo a cada instante. Deslizándose escaleras abajo, llegaría hasta la avenida principal, ahora mismo desértica. Entro en la cafetería, como todas las mañanas, todo era igual que siempre hasta ese mismo instante...

Adam se encontraba leyendo la prensa digital cuando leyó un fascinante artículo, "El Digital" anunciaba que en la universidad de la ciudad, unos prestigiosos eruditos de la medicina mental, tanto física como psicológica, iban a realizar un extraño pero interesante experimento -experimentos sobre los sueños...- se dijo para si en una voz tan baja que ni siquiera el mismo se escuchó.

Todo en ese día hubiera sido normal, hubiera ido a su estúpido trabajo, lo hubiera hecho y habría seguido la monotonía, pero en cambio, ese día, daría un giro a su vida.



Capitulo cinco. Entrando en el laberinto


Con los ojos bien abiertos y buscando con desesperación la puerta número 609 iba correteando por el pasillo de aquella universidad, faltándole el aire y pulsando (o mejor dicho, aporreando) los botones que abrían una tras otras las puertas de aquella facultad. Desde su teléfono media hora antes había dicho casi titubeando el número en alto mientras su aerotransportador le llevaba hasta allí, al otro lado del teléfono una voz casi humana le habría contestado, tras la puerta 609 encontraría lo que buscaba.

-Seiscientos cinco, seiscientos siete... seiscientos nueve- Dijo jadeando y apoyándose levemente en la pared para recobrar el aliento, quizás tras esa puerta se encontrase el fin de su sufrimiento.
Golpeó levemente con sus nudillos y la puerta fue abierta por un muchacho de no más de 27 años -¿Si?¿Qué desea?- dijo sorprendido al ver a Adam apoyado y exhausto -¿Es aquí donde están experimentando sobre los sueños?- el muchacho lo miró y le asintió con la cabeza algo extrañado respondiéndole Adam -Pues aquí tienen a su conejillo de indias-.

Sonriendo le invitó a que pasara y Adam feliz entró pensando que allí encontraría la solución a su todo, su mal, a aquello que no le había dejado tener una vida normal desde aquél fatídico día que tuvo aquél primer sueño, aunque aquella habitación no era la más propicia para el sueño. Grandes cristaleras dando a jardines eran las paredes de aquél habitáculo, música sonaba por pequeños altavoces escondidos en alguna parte (seguramente en el techo o en algún rincón del suelo) y una silla en mitad de todo aquél sitio... -siéntese por favor, le explicaré cual es nuestro propósito- dijo el muchacho aún sonriente por encontrar al sujeto que tanto habían estado buscando. Al sentarse Adam, se acercaría a él, le abrocharía un pequeño cinto que lo mantendría en la silla y le susurraría al oído -aquí empieza tu viaje- y un pequeño rechinar de una maquinaria por alguna parte haría que la silla se zambullese en el suelo y llevara a Adam por un extraño conducto.

Mientras los pelos de su alborotado flequillo y un fuerte olor a Brownleeita inundaba sus sentidos pensaba en que sería de su vida ahora, ya que ni durante una milésima de segundo se había preguntado qué pasaría durante ese experimento, que ocurriría si no lograban hacerle desaparecer aquellos sueños y si era así, que sería de su vida. Una luz procedente desde el suelo le hizo despertarse de su momentáneo momento de lucidez para volver a la realidad (o quizás el sonido de los propulsores de aire para parar la silla).

-Bienvenido de nuevo, se preguntará como he venido, muy sencillo, el ascensor de propulsión a chorro y sí, usted también podría haber bajado por él, pero ¿hubiera sido igual de sorprendente?, mi nombre es Julio y ellos mis compañeros de equipo-
Dijo señalando a un grupo de jóvenes que tendrían más o menos su misma edad
-Ellos son Marie, Albert, Olga y Alfred y serán junto conmigo los que estudiaremos esos sueños que han hecho que vengas tan exasperado hoy hasta aquí-
Dijo levantando una ceja y sonriendo
-¿Como sabes qué..?-
-Muy fácil, hoy salía la noticia en "El Digital" y nadie sabía de nuestro proyecto hasta que Albert habló con el rector de la universidad a ver si podíamos darle un pequeño empujón a nuestro estudio, así que, para que estés aquí a las...-
Dijo moviendo levemente la cabeza para ver detrás de Adam el reloj proyectado en la pared del fondo la hora
-Diez de la mañana cuando todos sabemos que "El Digital" se actualiza a las nueve, así que... antes de saber que te aflige, ¿porqué no nos hablas de tí?, que mal educado soy, ¿tu nombre es?-
-Adam, me llamo Adam-
-Que ironía... pues tu compañera conejilla será una chica y te voy a dejar adivinar su nombre, aunque te daré una pequeña pista, nosotros seremos Dios y no te dejaremos morder la manzana-
Dijo con un pequeño tono burlón pero a la misma vez tierno, sin intención de parecer sarcástico ni intentar atacar a Adam. En ese momento una chica sería invitada por Marie a pasar a la sala donde se encontraban y en ese momento un aroma perfumado inundaría la habitación circular. De pelo rubio y de ojos verde claros irradiaría a Adam con una media sonrisa como de luna y una mirada tímida al suelo, caminando lentamente hasta al lado de Adam y ofreciéndole la mano, -Encantada, soy Eva-.



Capitulo seis. El proyecto "Morfeo"


En aquel habitaculo en el sotano de la universidad Adam pensó que aquel si sería un buen lugar para dormir. Era un cuarto cuadrado e iluminado por halógenos, con una silla en medio, en la cual estaba sentado Adam, y al lado de esta unos cuantos instrumentos medidores los cuales Adam no habia visto nunca. A su derecha se podía observar un pequeño cuarto con paredes de metacrilato y un gran escritorio con varios ordenadores encima.

Mientras Adam observaba todo a su alrededor Julio le comentaba sobre el proyecto -Bienvenido al proyecto "Morfeo", supongo que sabrás el porqué del nombre ¿no?- Adam negó con la cabeza -Morfeo era el Dios del sueño en la mitología griega, por ello el nombre. Pero dejemonos de rodeos y abordemos el tema- dijo con seguridad -El proyecto como bien habrás leido en el periódico se basa en un estudio del sueño, pero no un estudio cualquiera. Los aparatos que ves a tu lado son de última tecnología con los cuales podemos ver que parte de tu cerebro se estimula mientras duermes y con otros ver como reacciona tu cuerpo ante estos sueños. Pensarás que de estos estudios hay ya un millón pero este es especial, ¿porqué?, lo sabrás más adelante. No te vamos a preguntar porque has venido tan corriendo ni porque te has ofrecido, tus motivos tendrás, al igual que los tiene Eva, pero esperamos que poco a poco cuando obtengamos confianza nos lo conteis, porque así será como podremos tener en buen cauce este proyecto-. Cambiando su semblante serio por uno más afable dijo con una sonrisa en la boca -Así que decid adios a vuestras camas porque de ahora en adelante dormireis aquí-.

Desabrocharon a Adam de la silla y le siguieron explicando términos cientificos mientras caminaban por un pasillo camino a la salida de la universidad. Adam asentia pero no entendía la mitad de estos términos y por lo que observaba, a Eva le pasaba lo mismo; - Bueno y eso es todo, esta noche sobre las 10 os estaremos esperando impacientes en la habitación del sótano, hasta luego- Dijo cordialmente abriendoles la puerta de la universidad hacia la salida. Con un simple asentir diría adios Adam a Julio y Eva haria algo similar.

Al cerrar la puerta del todo Eva le sonreiría e iría en dirección al aparcamiento para aerotransportadores, en ese mismo instante Adam sentió como un vacio iba inundandole a cada segundo que ella daba un paso, aunque, inesperadamente, Eva se daría la vuelta y le preguntaría con una sonrisa en los labios -¿Un café?-, a lo cual una cabeza asentando respondería.

Serían las 6 de la tarde cuando el aerotransportador pararía enfrente de "Arturo":
-No hacia falta Eva de verdad-,
-Que más da...- respondió ella -además así quedas cerca de casa- dijo finalmente con una hermosa sonrisa.
Entraron en la cafetería y se sentaron el uno enfrente del otro en esos cómodos sillones "retro" de la cafeteria, Adam deslizando el dedo en el "Plasmax" desbloquearia la mesa táctil y una ventana emergente le preguntaría que deseaba tomar:
-Umm... yo quiero un descafeinado ¿y tu?-,
-Yo lo mismo, pero de sobre por favor-, y al par de segundos de comentar lo que querian un simple pitido daría la confirmación de que todo estaba pedido, -Es increible como ha avanzado esto... hace años venia un camarero a la mesa y te hacia toda la comanda y ahora... ahora con decir al aire lo que deseas una maquinita se hace cargo de todo... menos mal que aún los productos si los traen camareros- dijo bromeando y sonriendo a la vez, intentando romper un poco el hielo - Eva... quizás no quieras saber porqué estoy en este estudio o quizás si... pero si quieres saberlo... yo no tengo problema alguno en contartelo.. y si te lo cuento no te preocupes, no hará falta que me cuentes tu porqué- dijo sin poder aguantarse. Se quedó mirandolo durante un momento al quedarse abrumada ante tal sinceridad - Si, me gustaria saberlo...-


Capitulo siete. Porqué estoy aquí


Mirando la taza con su descafeinado Adam pensaría como comenzó todo y se dió cuenta de que ni él mismo lo sabia. Corría una suave brisa en aquel febrero y ya notaba algo extraño en ella, ya no se comportaba igual, era distinta de la mujer a la que siempre habia querido -Debí hacer caso a esos sentimientos- dice a la misma vez que tuerce el rostro -Siempre habia sido muy cariñosa y abierta y últimamente no hacia más que estar distante y mantener secretismos, cada vez que le preguntaba me decia que no pasaba nada... tonto de mí...-. Tras dar un largo sorbo a su café se aventuró a terminar su historia, después de largas explicaciones sobre los años de relación:
-y ahora que me quiero olvidar de ella, no me deja o mejor dicho, mis sueños no me dejan-
-¿tus sueños?- Dijo ella intrigada
-No se que diablos ocurre pero cada vez que duermo se aparece en mis sueños imagenes constantes de ella y yo solamente quiero olvidarla...- Dijo antes de que su voz se apagara
Eva, abrió los ojos y observó como aquel hombre estaba siendo desmoronado nada más y nada menos que por el mismo. Acercó sus manos y las puso sobre las de él, las cuales adheridas a la taza buscaban el calor, -ya verás como estos locos nos ayudan- dijo entre leves risas.
-Si te digo la verdad, mi motivo es algo distinto, es decir, el porque estoy en este "proyecto"- diciendo "proyecto" a la misma vez que unas comillas imaginarias con las manos, -desde hace unos cuantos años, cada vez que duermo tengo pesadillas, una y otra vez y muchas noches no puedo dormir, más que nada porque no tengo ganas de ello, no tengo ganas de cerrar los ojos y tener una pesadilla tras de otra y bueno.. te podrás imaginar que no es muy agradable- dijo esbozando una sonrisa algo forzada.
-¿Y que aparecen en esas pesadillas?- dijo intrigado; -nada en especial, a veces son las simples pesadillas que tendría todo el mundo y otras son más extrañas... efecto de mi imaginación sin duda, pero espero gracias a ellos se puedan disuadir, no se como lo harán, si estudiando desde que parte de mi cerebro parten esos sentimientos para provocar esos sueños o no se... lo único que quiero es poder cerrar los ojos y poder dormir tranquila- dijo cabizbaja.
-Ey, no te preocupes, ya verás como consiguen que no tengamos más sueños estrambóticos y podremos dormir tranquilamente-.
A ambos se les pasó el tiempo volando y cuando Adam miró su reloj de muñeca observó que eran las 9 y media de la noche, Arturo no cerraba nunca, era una cafeteria veinticuatro horas; Adam sin dudarlo dos veces le preguntó a Eva si le apetecería ir a cenar a alguna parte, para seguir dialogando: -Bueno, es viernes noche y yo al menos mañana no trabajo, ¿te apetecería ir a cenar?-, algo duditativa se quedó Eva pensando en la respuesta, pero al final respondió que sí. Con el aerotransportador de Eva llegarían en un momento a un restaurante conocido por ella, en el que servian buena pasta y comida italiana. Aparcaron cerca y bajaron del vehículo, el frio de una noche de noviembre empezaba a dejarse caer por la calle y al ver que Eva no llevaba más que unos vaqueros y una camiseta de manga corta Adam le ofreció su chaqueta, ella sonrió dando las gracias. Entraron en el local el cual tenía un ambiente poco cargado y una decoración bonita, no era el típico local italiano de barrio con un millón de simbolos por las paredes no, era un lugar simple pero acogedor, con mesas de madera y sillas confortables; -una mesa para dos- se aventuró a decir Eva antes de que Adam pudiera decir nada. El camarero les acompañaría hasta la mesa en cuestión, esta no tenia "Plasmax", al parecer preferían el estilo "retro" de que una persona acudiera a tu mesa a pedir lo que querias de comer.
Durante toda la cena estuvieron hablando de como era su vida entre risas y miradas, conversaban sobre en que trabajan, donde vivian, anécdotas, de lo normal que se cuentan dos personas desconocidas la primera vez que cenan juntos y.. a solas.
No esta nada mal para empezar, ahora falta ver como continua ^^
Gracias naiila ^^

La cosa es que cada vez iré actualizando en el post principal para que esté todo juntito, así que aunque no se ve actualizado pasaros de vez en cuando :)
Actualizado a -> Capítulo seis. El proyecto "Morfeo"
Actualizado a -> Capitulo siete. Porqué estoy aquí.
HOLA!!

A ver... me lo he leido todo... decir que la hisotria no pinta nada mal... tiene su miga y la verdad es que estoy deseando leer mas... a partir de ahí te comento...

Por qué cambias tanto de tiempo verbal?? y por qué usas tanto el condicinal en frases que empiezas en otros tiempos verbales??

Se dirijo a la cocina, cogió un poco de pan de molde y se haría unos cuantos sándwiches de salmón, que posteriormente devoraría mirando el televisor


He visto alguna incongruencia como...

levantando la mano en dirección al maître, Adam pedía un expreso


y luego...

... hace un par de años venia un camarero a la mesa y te hacia toda la comanda y ahora... ahora con decir al aire lo que deseas una maquinita se hace cargo de todo


Han pasado un par de años???

Hay capítulos farragosos de leer ... sobretodo el 6... todo un párrafo... no dejas descanso visual para que el lector relaje la vista con algún diálogo o algún punto y aparte...

Como te comenté en el otro relato abusas de palabras... repites expresiones... creo que no te relees lo que escribes (eso explicaría también ciertas omisiones de letras o faltas de ortografía)

Usas expresiones extrañas...
ya verás como estos locos nos ayudan a nosotros

el "nos" hace que sobre el nosostros...

O que no suenas del todo bien...
explicando cosas cientificas

cosas??? no se... queda bursco... tosco...

algo típico en el 2028

tú repites en tus conversaciones el año en el que estás??? ya has situado al lecto en ese año... usa algo mas coloquial, no quieras escribir "demasiado" bien forzando expresiones...

la cual sería aceptada con un gracias

"Que aceptó agradecida..." no te suena mejor?? te pongo esta en particular porque veo que abusas de "el cual" "la cual" y nexos de ese tipo... no fuerces...

El último capítulo lo escribiste a prisa para ponerlo?? te pudieron las ganas?? lo digo porque parece algo vacío, aporta poco a una historia que hasta el momento rápida...

Bueno, no quiero que pienses que vengo a desanimarte... al contrario, repito... la historia tiene potencial (por lo menos para mi) pero no atropelles las cosas... repasa lo que escribes, busca escribir un poco mas como hablas... verás que así te expresas mejor...

De momento poco mas... espero el próximo capítulo...
srkarakol escribió:...


Ahora mismo me pongo a leerlo y arreglar esas cosillas. Algunas veces es que sinceramente lo escribía algo deprisa y por eso esas expresiones y tal, pero de ahora en adelante intentaré arreglarlo.

Lo del último capítulo tiene su "algo" que podreis ver en el siguiente capítulo que ya empiezo a tener en mente, espero que os guste.

Un saludo!
espero impaciente el próximo capítulo...

gracias por tomarte a bien mis comentarios... [beer]
Quiero actualización que me he quedado con las ganas de más!
La verdad es que me encantaría que ya existieran estas investigaciones, siempre me ha gustado analizar mis sueños...

Sigue así!
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