Por lo que veo, no era un problema de Linux, sino de configuración de la máquina virtual. Para que funcionen los puertos USB en una máquina virtual tienes que habilitar el controlador específico para cada versión de USB. No es lo mismo USB 1.0, 2.0 ó 3.0. Hay que tener en cuenta este detalle, de lo contrario, no se realiza bien el puente entre el USB, el sistema anfitrión y la máquina, y por eso no te detecta el disco que enchufas.