- PRESUNTA EXISTENCIA -
Qué suerte que no te dañe el frío,
ni la tortura,
ni la iniquidad del insulto,
ni la miseria, ni el engaño,
ni la burla, ni el escarnio,
ni el libelo,ni las mentiras,
ni la humillación, ni los celos.
Ni el fuego, ni siquiera el orgullo,
ni el hambre, ni el menosprecio,
ni el oro, ni las miradas de odio,
ni los terremotos,
ni los volcanes,
ni las mareas, ni las penas.
Ni siquiera la traición,
ni ser el más pobre de los mortales,
pues por no tener, no tienes ni ética,
ni estética, ni sentido del ridículo,
ni ambiciones, ni vanidades.
No te molesta ni la infidelidad.
No te emocionan los versos.
Encima, tu miserable cuerpo no te pertenece,
no te dañan las emociones.
No te importan las guerras.
Ya nada puede hacerte daño...
Ni las miserias,
ni las envidias, ni siquiera los besos,
ni las caricias que,
dada tu situación,
te estás perdiendo.
"Querido, tú no lo sabes,
pero me temo que estás MUERTO"
- Fin –