Una llamada, tu voz. No te conocía, hacía mucho tiempo que no oía tu dulce melodía a traves de un hilo...
No ha sido igual, pero especial como la que más. Mi cuerpo estaba frío, tiritando, sentía miedo; miedo a quedarme sin palabras ante tan dulce y hermosa voz... miedo a no hacerte reir, a aburrirte, a no tratarte como te mereces, tú, hermosa mía, que te mereces todo.
Mi boca se movía sola, mi voz era incontrolable; mi mente era un sinfín de pensamientos y recuerdos hacia ti. Aquellas tardes hablando, riendo, jugando, besando... Aquellas tarde amando, simplemente amar.
Hoy he vuelto a sentir aquel profundo amor que nos unió, tan fuerte que estalló y nos separó, y que ahora resurge con ganas de reconciliación...
Y es que no se puede expresar con palabras lo mucho que te amo, las ganas que tengo de volver a pasar tardes enteras contigo, sin que nadie nos molestara, juntos, solos tu y yo, en cualquier lugar, a cualquier hora. Solo te necesito a ti, mi felicidad se basa en tí.
Tu me amaste con locura, quizá más de lo que te amé yo a ti. No se que hice mal, tampoco se que hice bien. Solo se que te necesito, y no te tengo, sin ti no soy nada, contigo mi vida lo es todo...