Hola titos, feliz año! Quería comentaros una cosa que me ocurre y que espero que sea por las fechas, porque si no es que me voy amariconando poco a poco. Yo que no lloré con la muerte de la mamá de Bambi ni con la del Dicaprio en Titanic, yo que meo petróleo y cago melones, vamos que soy DURO como el acero, joder ahora veo un puto anuncio de veinte segundos y se me saltan las lágrimas.
Se trata del anuncio de la ONCE, para los que no lo hayáis visto trata de una abuela que le ha tocado el cupón y en vez de quedarse ella con el premio va a casa de su hija -que sale bañando a los tres hijos, en una casa modesta- y le cambia el cupón sin que se de cuenta. Acto seguido vuelve al baño diciendo que quién quiere que le cambie el pijama la abuelitaaa, y ahí queda la cosa.
Y es que joder, cada vez que lo veo no puedo evitar ponerme en el lugar de la vieja, pensando para qué coño quiere ella el dinero o lo que se le pase por la cabeza en ese momento, y renunciando a todo así y encima sin que nadie lo sepa, sin llevarse ni el mérito, sólo por cariño y por hacerle bien a su hija y a los nietos. Y me parece lo más bonito del mundo, copón. Vale que es un anuncio y que son todos actores, y que igual a los dos años la meten en un asilo y la atan a la pata de la cama, y que al abuelo lo ha puteado porque sí, pero yo cada vez que lo veo me emociono igual.