Relato escrito de un tiron antes y depues de un largo examen de gelogia, nesecitaba despejarme y antes de darme cuenta estaba escribiendo esto, espero que se de vuestro agrado
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Los pasillos se llenaron con apresurados pasos mientras los alumnos celebraban con risas el fin de la jornada. Algunos salian ya por la puerta cuando la joven miró a traves de la ventana.
- Mira, ya esta ahí esperándote –comento divertida- ¿sigues sin hacerle ni caso no? –le pregunto a la joven de cabello dorado y tez bronceada, que recogía sin prisa su material escolar-
-Ya renuncio a convencerle y bien que lo sabes Andrea, ya se cansara... –dijo la joven con tono molesto-
-A veces me da pena el pobre –murmuro una tercera joven que se llamaba Helena, también miraba hacia la figura lejana- ¿Cuánto tiempo lleva así Maia? –pregunto lelvandose la el dedo al menton de forma pensativa- ¿tres años?-
-cinco… cinco años- contesto Maia- 5 AÑOS SIN DEJARME EN PAZ- exclamo furiosa, sus compañeras sonrieron ante la reacción pues ya estaban acostumbradas-
-Vamos, como si tu no te aprovecharas del pobre –comento Andrea- te ayuda con los deberes, te invita a salir, te acompaña a casa…- su voz mostró un deje de nostalgia-
-Yo no le obligo a nada… - contesto exasperada Maia levantándose y dirigiéndose hacia el pasillo- Me gustaría que me dejase en paz de una ves- musito en voz queda ante las mirada reprobatorias de sus amigas-
Apoyado en la pared del callejón esperaba un joven alto y desgarbado, de facciones duras cubiertas enmarcadas en gafas finas, cabello moreno y revuelto. La vio cruzando la esquina tras flanquear las enormes puertas del instituto, se acerco a ella sonriente y tomo al vuelo la maleta que estuvo apunto de impactar contra su rostro con gesto acostumbrado. La joven se giro y camino decidida calle arriba sabiendo que el la seguiría.
-¿Cómo te han ido las clases? –pregunto interesado el chico poniéndose a su altura-
-Bien hasta que apareciste tu – contesto agria, el chico solo sonrío disculpándose- Necesito que me hagas un trabajo de historia –la chica se giro hacia el- vamos, no me mires así, se te da mucho mejor que a mi-
-Pero seria mejor que solo te ayudase a hacerlo…-protesto el joven-
-Ismael Ismael…- musito Maia con voz melosa- ¿no dices que quieres verme feliz?, entonces hasme el trabajo y me tendrás feliz- acompaño a sus palabras con un rapido gruiño-
El chico continio caminando cabizbajo y asintió.
-¿querrás salir esta tarde? – Pregunto esperanzado- Solo a tomar algo – dijo apresurado ante la mirada de ella-
-Quizás…-contesto ella, habían llegado a su portal- si estoy muy aburrida...-
-Maia…-musito el joven tendiéndole la maleta- ¿Qué significo yo para ti?- los dos jóvenes quedaron cogiendo la maleta al mismo tiempo, cerca uno de otro-
-Supongo que ya me he acostumbrado a ti –contesto ella tirando bruscamente de la maleta y sacando las llaves- cuando no tropiezas con todo y no me averguenzas, -la chica lo medito unos instantes- puedes pasar por un amigo-
-solo…- el chico se movio velozmente y tomo a Maia por la cintura acercando su rostro al suyo y depositando un fugaz beso sobre sus labios.
-que!- la joven quedo sorprendida un instante para apartarle y propinarle un sonoro bofeton que lanzo hacia el aire las gafas del otro- ¡QUE TE HAS CREIDO IDIOTA?, NO QUIERO VOLVER A VERTE, Y TE LO DIGO EN SERIO MALDITA SEA- grito enfadad encerrandose en su portal y perdiendo de vista al joven.
-Hoy no ha venido- comento Andrea mientras la clase se vaciaba tras el timbre- ¿habeis quedado mas tarde?-
-Ni vendra hoy, ni mañana ni nunca -musito Maia tratando de no elevar la voz-
Andrea y Helana cruzaron sus miradas y asintieron complices.
-Os habeis peleado -sentencio Helena-
-No, solo le dije las cosas claras- contesto tras olevantarse tajante con la mochila- y parece que lo ha entendido- su vista se desplazo involuntariamente hacia la calle- supongo que por fin estare tranquila-
-¿esto es lo que quieres realmente?- La interrogo Andrea en tono serio- Por que si estuvieras tan feliz de perderlo de vista no te habrias pasado la mañana con esa cara de tonta y mirando a la ventana continuamente-
-Solo es que no me siento bien - contesto Maia, que habia quedado turbada por el comentario al darse cuenta que quizas lo habia hecho realmente- no os precupeis y olvidemos el tema, ya es asunto enterrado- musito sonriente-
Las dos chicas callaron y tras acompañarla a la calle la despedieron en el cruce donde tomaban caminos diferentes. Maia quedo andando sola hacia su casa, la maleta se balanceaba a su espalda empujando un pensamiento en su mente, llego a su portal y se apresuro a abrir la puerta cuando vio un destello entra las flores que decoraban la entrada, se inclino y saco entra las hojas la pequeña montura, la reconocio claramente. Cuando llego a su cuarto, tras depositar la maleta sobre su mesa se descubrio a si misma sacado la montura del bolsillo y limpiandola con un pañuelo, detuvo sus manos y trato de concentrarse, tomo las pequeñas gafas y tras envolverlas en el paño las guardo en el ultimo cajon con el deseo de no volver a verlas.
Los dias pasaban, el tiempo fluia a su alrededor y para su desespero todo parecia evocar un recuerdo del chico. Los primeros dias habian sido faciles, solo tenia que recordar todos su defectos, pero al pasar de los dias sintio como estos defectos dejaban de ser tan importantes y antes de darse cuenta ya estaba enumerandolos casi como cualidades y virtudes.
-quizas debi darle una oportunidad- musito Maia revolviendo el cortado-
-No sera por que no te lo sugirimos- le recordo Andrea apurando su refresco-
Las tres jovenes se miraban bajo el menguante sol de la tarde, sentadas en la fresca terraza
-¿como le conociste?- pregunto Helena- nunca nos has hablado de eso-
-Bueno -comeno Maia- Ocurrio en una mala epoca para mi -tomo aliento antes de continuar- recuerdo que solo tenia trece años, mis padres ya habian decidido divorciarse, no me tome la noticia nada bien y me escape de casa -un largo suspiro acompaño la narracion- como una tonta corri al parque donde jugaba todas las tardes despues del colegio, aquel dia solo habia unos pocos chicos que jugaban en los bancos, recuerdo que me sente en un banco y llore desconsoladamente, Ismael se acerco y tras animarme nos pasamos el dia jugando juntos... desde entonces siempre estuvo conmigo- musito-
-¿Esa es toda la historia? -pregunto Andrea que notaba que faltaba algo-
-ahora que lo dices... -Maia trato de forzar su memoria, recordaba que algo mas habia pasado aquel dia- creo que nos dijimos algo pero no logro recordar el que, era muy niña... -
-Y desde aquel dia Ismael se convirtio en tu sombra ¿verdad?- razono Helena con una larga mirada- ¿por que no visitamos el parque y tratas de recordar que sucedido?, nos coge de camino, quizas te ayude a entenderlo-
Maia asintio, terminaron de beber y tras pagar a cuenta pasearon juntas a traves de las calles de tiendas y cafes hasta llegar al pequeño parque. Las dos amigas se rezagaron con la excusa de comprar un helado mientras Maia se adentraba sola en el parque.
-Helena... tu sabes perfectamente que paso aquel dia- afirmo mas que pregunto Andrea a su amiga mientras caminaban al puesto de helados- ¿por que no se lo has dicho?-
-Si se lo hubiera dicho no hubiera servido de nada Andrea... -musito la joven- nesecita recordarlo por si misma-
El parque se mostraba acojedor, los centenarios arboles se retorcian sobre el pavimento ofreciendo su sombra a todo el que la nesecitase. Apenas habia cambiado en esos años, por ese parque habia paseado infinidad de veces con Ismael cuando nesecitaba contar algo, El siempre la habia escuchado atentamente aunque le hablase de tonterias. Se detuvo y se sento en uno de los asientos de madera, frente a sus ojos se desarallon las imagenes de aquel dia. Andrea y helena llegaron a su lado y se sentaron juntas en el banco.
-Estaba muy enfadada con mi padres, odiaba al mundo, por que todo lo que querria me abandonaba, recuerdo desear que alguien estuviese conmigo para siempre, que nunca me abandonase- musito para si misma comprendiendo sus palabras- entonces... el.... -el recuerdo salio a flote en su mente junto a un estremecimiento, las lagrimas brotaron de sus ojos y llorro durantes varios minutos- que idiota... tantos años por aquella promesa...- Maia lloro en el regazo de Helana mientras las dos amigas la apoyaban con su presencia-
Ismael se encamino hacia la calle, el timbre habia tocado tiempo ya, se detuvo a la salida del edificio petrificado, no podia ser, se repitio para si mismo. Pero alli estaba Maia junto a la puerta de hierro, se acerco a ella y estuvo a punto de pasar de largo cuando le llego su voz.
-Esto es tuyo- musito ella acercandose y colocando en su mano un pañuelo doblado con sus gafas- Te quedan muy bien las lentillas, deberias usarlas mas- añadio con una sonrisa-
-¿por que...? -pregunto él sorprendido- Pensaba que...-
-Es mi forma de disculparme -dijo ella sin dejarle terminar- y esto...- tomo a al desgarvado muchacho por los hombros y bajo su rostro hasta poder besarlo- Esto es por cumplir tu promesa todos estos años... ahora...- el chico la miro sorprendido- ¿puedes repetirme aquella pregunta?-
-¿Que soy para ti Maia? – preguntó Ismael en cuyo rostro ya corrian fugaces lagrimas-
-Lo eres todo...- por segunda ves se fundieron en un beso que rompio el tiempo y les otorgo durante este instante la felicidad que se habian negado durante tanto, tanto tiempo.