Bueno, no tengo ganas de citar, así que escribo todo lo que se me ha venido a la cabeza leyendo el hilo y ya está.
Hace años, por circunstancias profesionales, salí dos meses con una pandilla formada por andaluces orientales, andaluces occidentales y gallegos, principalmente.
Recuerdo que una gallega se quejaba de que los andaluces hablamos demasiado rápido. A lo que el granaíno, más salao que to las cosas, le contestaba: "Nosotros no hablamos rápido, es que tú escuchas lento".
En cuanto a los fallos gramaticales, morfosintácticos y demás, reconozco que algunos están muy extendidos. Pero hay que tener en cuenta una cosa: el andaluz culto sabe cuáles son y no los emplea cuando no debe. Es decir, puede que yo diga "delante mía" en mis circunstancias cotidianas, pero jamás lo podría por escrito.
Dicho de otro modo, el andaluz culto es un castellano de peculiaridades fonéticas y no por ser andaluz es peor. Al contrario, según dicen algunos expertos, es un castellano de vocabulario rico. Por ejemplo, una palabra que usamos mucho, "esaborío". Es la forma vulgar de pronunciar "desaborido". Que levanten la mano los no andaluces que alguna vez la hayan utilizado.
Gracias a mi trabajo he conocido a gente de casi todos los rincones de España, desde Cantabria a Jaén pasando por Cataluña, Valencia, Madrid, Extremadura... Los vallisoletanos me ponían nerviosa con sus laísmos y leísmos, los gallegos me volvían loca (llegué a necesitar traducción simultánea de un asturiano porque llegué a entender cosas distintas a lo que me habían dicho)...
Si bien es cierto que los que más me gustaban eran los salmantinos, que hablaban perfectamente. Pero me encanta el andaluz culto. Incluso el oriental, que para mí suena totalmente diferente al mío, que es sevillano. Bueno, mi acento realmente no es sevillano puro, porque la familia de mi madre es de Jaén y yo tengo una mezcla un poco rara: no seseo pero aspiro las eses como está mandado.
Lo que pasa es lo que habéis dicho, que tenemos tal complejo de inferioridad que nosotros mismos creemos que nuestro modo de hablar es vulgar. Conocí a un chico de Lepe que tuvo que pasar unos meses en Zaragoza por motivos de trabajo. Yo lo conocí cuando ya había vuelto, y siempre me pareció que hablaba de un modo muy raro. Quienes lo conocieron antes de irse me contaron que lo que le había pasado es que se avergonzaba de su acento, y allí cambió de forma de hablar.
Pues eso no debería ser así. El andaluz es un acento muy bonito (ya digo, los que hablan bien) y deberíamos sentirlo como algo nuestro en lugar de renegar de él. Nadie dice que haya que hablar mal para hablar en andaluz.