Los del canon, con sus vergüenzas al aire

No es la primera vez, y esperemos que tampoco la última, en que la Justicia rechaza los métodos abusivos de la SGAE y similares. En esta ocasión, quienes han quedado con sus vergüenzas al aire han sido, además de la propia organización de "Teddy" Bautista: EGEDA, AGEDI, AIE, AISGE y DAMA. En definitiva, la magistrada del Juzgado de lo Mercantil número 8 de Barcelona ha puesto en evidencia a la práctica totalidad de las entidades que conforman la sopa de letras del canon digital.

Lo interesante en este caso no es sólo la derrota judicial de la SGAE y Cia, lo que para miles de españoles supone siempre un motivo de fundada alegría. Lo realmente aleccionador en esta ocasión ha sido que el auto judicial ha dejado con sus vergüenzas al aire a todas esas entidades acostumbradas a ser mimadas desde los poderes públicos. La magistrada no sólo ha impedido a los demandantes el acceso a los libros de contabilidad de una empresa privada (un privilegio abusivo y casi ilimitado que tradicionalmente tenían estas entidades, cuyas cuentas siempre destacan por su opacidad). También ha destacado que, para lograr su objetivo, la organización de Bautista y similares ocultaron al tribunal información fundamental como es la existencia de otro procedimiento previo contra la misma compañía.

Tiene razón el abogado Josep Jover, representante de la empresa demandada, al decir que ha quedado en evidencia la "política de amedrentamiento" practicada por las entidades de gestión. Un modo de actuar, por otra parte, que es el que explica la exigencia de la SGAE a la Exgae para que cambie su nombre.

Las entidades de gestión gozaron durante mucho tiempo de una práctica impunidad a la hora de actuar de forma abusiva contra empresas y particulares. No hace muchos años la mayor parte de las decisiones y actuaciones judiciales de todo tipo favorecían de forma sistemática a la SGAE y similares. En ocasiones resultaba sospechosa la cercanía al PSOE (partido amigo de Teddy Bautista y compañía) de los magistrados implicados, o el hecho de que estos hubieran recibido cursos impartidos por las entidades de gestión de derechos de autor. En otros casos, era evidente que se estaba ante un puro desconocimiento de la realidad juzgada.

Sin embargo, desde hace un tiempo las cosas empezaron a cambiar. Cada vez hay más autos y sentencias contrarios a los intereses y aspiraciones del lobby de los derechos de autor. La SGAE y compañía pueden seguir contando con la complicidad del Gobierno y del legislativo, controlado por sus aliados políticos. El poder judicial parece haber cambiado a mejor en esta cuestión. Al menos en ese terreno hemos avanzado.

Antonio José Chinchetru es autor de Sobre la Red 2.0.

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Fuente : http://www.internautas.org/html/6294.html