Hay un cielo en tus ojos;
ese azul tan profundo y tan intenso,
que amo y que desprecio,
que aborrezco y que tolero,
que admiro y me da miedo;
es el mismo azul que
me entristece y que me alegra,
que me anima y que me apena,
que me quema y me congela;
me da la vida y me causa la muerte
con cada mirada azul celeste
de las que no puedo escapar,
en las que me quiero quedar