El lanzamiento de la próxima hornada de productos de Apple se enfrenta a una serie de imprevistos que podrían limitar su disponibilidad comercial o incluso retrasar su lanzamiento. La agencia de noticias
Bloomberg y el diario financiero japonés
Nikkei así lo señalan en dos artículos independientes donde se menciona la aparición de posibles problemas que afectarían al nuevo iPad Pro, que debería llegar este mismo mes, así como los próximos portátiles MacBook.
Según indica Bloomberg, el iPad Pro, y más concretamente el modelo de 12,9 pulgadas, a la sazón el buque insignia de la casa, estrenará una nueva y flamante pantalla basada en la tecnología Mini LED para proporcionar una iluminación más homogénea y mayor contraste. Sin embargo, los proveedores de dicho panel no están fabricándolo con la eficiencia deseada, obteniendo un menor número de unidades certificables o comercialmente válidas de las esperadas inicialmente.
Como resultado de esta escasez de pantallas, indican las fuentes de Bloomberg, Apple habría optado por lanzar el iPad Pro de mayor tamaño en una fecha posterior y en cantidades reducidas.
Por otro lado, Nikkei señalaba este fin de semana que la
crisis de los semiconductores también parece estar dando alcance a Apple. A pesar de que la firma de la manzana tiene asegurado su suministro de procesadores gracias al hecho de ser uno de los mayores clientes de firmas como TSMC (y de hecho, podría argumentarse que es en gran medida corresponsable del actual cuello de botella que vive la industria), sus productos utilizan componentes de un gran número de proveedores que no gozan de la misma estabilidad.
Según el Nikkei, la producción de los iPad y MacBook ya estarían viéndose afectada por la falta de pantallas y componentes para las mismas; una situación que
no hace tanto anticipaba la propia Samsung. En consecuencia, señala el diario, "Apple ha pospuesto una parte de los pedidos de componentes para los dispositivos de la primera mitad de este año a la segunda". La familia iPhone, por ahora, no experimenta dificultades, aunque algunos componentes estarían llegando casi en su justa medida.
Como indica el Nikkei, el hecho de que Apple haya comenzado a experimentar esta clase de problemas deja entrever que firmas más pequeñas y con menor capacidad de maniobra podrían sufrir quebrantos aún mayores si se mantiene la falta de componentes. Algo que ya anticipan fuentes de la industria, que todavía no se atreven a asegurar cuándo se recuperará la normalidad.