Como siempre, se mezcla todo para confundir y que no se distinga la verdad.
Evidentemente, quien venda un complemento alimenticio asegurando que previene el cáncer, miente; pero también miente quien vende medicamentos asegurando lo mismo. La mentira es idéntica salvo que se posean dotes paranormales de videncia y se pueda prever la enfermedad que una persona puede desarrollar en un futuro.
Es más: es perfectamente posible pasarse toda la vida comiendo bien, haciendo ejercicio, y cumpliendo todas las recomendaciones sanitarias, y aún así, enfermar de cáncer.
En cuanto a este hilo: en un sentido amplio, todo alimento es un "suplemento de vitaminas". Ya decía Galeno que la mejor medicina es la que entra por la boca.
La diferencia entre el alimento natural y un complemento alimenticio, es que el alimento lleva incorporadas las vitaminas y minerales en su proporción natural, mientras que el complemento es una elaboración artificial.
Además hay que distinguir entre complementos alimenticios, que son de venta libre, y medicamentos, que sólo pueden venderse en farmacias, y en algunos casos con receta médica.
Por ejemplo un complemento de Cloruro de Magnesio, es de venta libre; pero la vitamina D requiere prescripción médica y se compra en farmacias. En Argentina se puede comprar magnesio en farmacias pero requiere receta médica.
Después hay que matizar mucho, porque algunas empresas que se dedican al negocio de los complementos alimenticios con vitaminas, se han dejado llevar por la codicia, y como el magnesio o la vitamina C son elementos baratos y que no se pueden patentar, lo que hacen es incorporar elementos que suban el precio y que objetivamente no aportan nada, como el colágeno por ejemplo.
Si compras un complemento de cloruro de Magnesio, te puede aportar algo; si compras magnesio + colágeno, vas a pagar mucho más, y no vas a obtener un beneficio mayor porque simplemente vas a ingerir unas proteínas de colágeno que no se van a convertir en colágeno en tu cuerpo.
Así que hay que matizar: no cualquier complemento, pero sí hay complementos útiles. Los de vitamina C de marcas acreditadas (Redoxon de Bayer, Leotron de Angelini, etc); medicamentos con vitaminas que los médicos pueden prescribir, como Vitamina D, o Hidropolivit Mineral, o Vitaminas de la letra B, para estados carenciales; Vitamina A; Vitamina A+E; Vitamina A "Forte", etc.
Si las vitaminas fuesen inútiles, no se usarían en medicina, no aparecerían en los "Vademecum" y no se prescribirían todos los días en las consultas.
Obviamente, no debemos mezclar un complemento o un medicamento serios, con un producto cutre de hipermercado.
En los años cuarenta un médico salvó muchas vidas usando dosis masivas de vitamina C en un tiempo en el que no había medios, y aún hoy es polémico su estudio sobre el potencial sanador de la vitamina C. Es un libro tachado de pseudociencia porque dice algo incómodo para la industria: que una sustancia básica que no se puede patentar, puede salvar vidas.
Ana María LaJusticia, siendo muy joven, recién licenciada en Química, se quedó postrada en una silla porque padecía un problema muscular que no sabían cómo revertir. Cayó en sus manos un libro sobre el magnesio, comenzó a tomar magnesio, y en unos meses recuperó la normalidad. Dedicó su vida a explicar el funcionamiento del magnesio en el cuerpo y a comercializar su propia línea de complementos.
Un complemento de magnesio, a una persona que tiene algunos achaques (como por ejemplo, dolores en las articulaciones, o tirones musculares) le puede ayudar un poco. No se los va a quitar, pero sí a suavizar. Para mí esa es una gran contribución, pero desde luego, no se pueden meter en un mismo saco los complementos que comercializa esta señora, que son serios, con los que vende cualquier hipermercado. Tampoco los complementos hacen milagros, ni previenen el cáncer, pero sí ayudan un poco.