¿Cómo se puede ser tan superficial? ¿Cómo pueden variar tanto con las luces del anochecer? Ven pasión entre las sinuosas curvas de la carretera, ven la consumación de un cuerpo deseado, como si de incienso se tratase.
Sin embargo, te sostendré entre mis brazos, soñando quizá que te sostengo. Soñaré con sostenerte, pequeña dama, aprendiz de mimo. Cubriré tus frágiles piernas con cariño, recostada en un lecho de rosas y no en la cuneta. Peinaré tus mechones despeinados con mis propios dedos, en caricias que jamás nadie te pudo brindar. Pequeña mariposa con forma de crisálida, deja que sea yo la que recupere tu alma robada. No fue aquel viejo recuerdo de tu tierra... Son ellos, aquellos que no tienen corazón ni escrúpulos al sentir herizarse su entrepierna con tus mejillas humedecidas por las lágrimas, por tus manos gastadas y sucias. ¿Acaso no ven la tristeza obvia de tus ojos? ¿Acaso no se sentirían mejor si, en lugar de consumir sus bolsillos con algo que no necesitan en realidad, te dieran un cálido abrazo, una caricia que borrase todas las lágrimas del mundo, invirtiesen ese dinero en fabricarte una escapatoria? Pero el ser humano es egoísta... Y prefieren seguir arruinando una vida con tal de satisfacerse a ellos mismos en lugar de brindar una torpe salida.