Luz

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Y se hizo la luz.

Una infinidad de infinidades se tendieron sobre el propio infinito, como queriéndose extender mas aun de lo no extensible. Un resplandor fogoso que cegó a la nada, y asombro al todo, demostrando de una manera sutil que era algo mayor a esos dos conceptos. La entropía paradójicamente se desgastaba poco a poco, para dar paso a algo nuevo, mordaz, sin tiempo.

Y de nuevo, se hizo la luz.

Y en realidad no se hizo, pues en aquel lugar sin lugar, y en ese tiempo sin tiempo no había pasado nada, y justamente eso, nada, era lo que había allí. No como materia, ella viajaba por esos lares como concepto, algo que se alejaba de lo abstracto, y rehusaba lo tangible y real, pues ni siquiera era de verdad.

Allí solo había luz, una luz luciendo ardientemente y que no provenía de ningún lugar en concreto, abarcaba todo, y la nada que los todos abarcaban también.

No se paraba. No se movía. No era, no estaba. Allí, solo había luz, una luz luciendo ardientemente.

Como concepto, no existía, de hecho, ni siquiera la propia palabra concepto existía.

Y una voz retumbo, abarcándolo todo, engrandeciéndose por incluso haber encogido a la luz. Dicto palabras claras, sin ningún tono, sin ninguna voz, sin ninguna entonación, ni con expresividad ni sin ella, fue una voz sin más, y ni siquiera fue voz.

-¡HAGASE LA LUZ!

Y se hizo la luz.
Haribo escribió:Y se hizo la luz.

Una infinidad de infinidades se tendieron sobre el propio infinito, como queriéndose extender mas aun de lo no extensible. Un resplandor fogoso que cegó a la nada, y asombro al todo, demostrando de una manera sutil que era algo mayor a esos dos conceptos. La entropía paradójicamente se desgastaba poco a poco, para dar paso a algo nuevo, mordaz, sin tiempo.

Y de nuevo, se hizo la luz.

Y en realidad no se hizo, pues en aquel lugar sin lugar, y en ese tiempo sin tiempo no había pasado nada, y justamente eso, nada, era lo que había allí. No como materia, ella viajaba por esos lares como concepto, algo que se alejaba de lo abstracto, y rehusaba lo tangible y real, pues ni siquiera era de verdad.

Allí solo había luz, una luz luciendo ardientemente y que no provenía de ningún lugar en concreto, abarcaba todo, y la nada que los todos abarcaban también.

No se paraba. No se movía. No era, no estaba. Allí, solo había luz, una luz luciendo ardientemente.

Como concepto, no existía, de hecho, ni siquiera la propia palabra concepto existía.

Y una voz retumbo, abarcándolo todo, engrandeciéndose por incluso haber encogido a la luz. Dicto palabras claras, sin ningún tono, sin ninguna voz, sin ninguna entonación, ni con expresividad ni sin ella, fue una voz sin más, y ni siquiera fue voz.

HAGASE LA LUZ!

Y se hizo la luz.


Quitando las faltas de ortografía está bastante bien. Hay algunas cosas que el corrector no puede ver y tienes que verlas tú mismo.
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