Escuchando al de la entrevista visualizaba a muchos amigos. Me flipaba cuando han venido a verme en verano amigos, primas...donde vivo, a cientos de km, y estando en la playa (son del interior de la península y yo vivo en la costa) estaban con los móviles mirando instagram, facebook y twitter sin descanso. Veíamos una peli y alguno había siempre con el móvil. Íbamos de paseo y ahí estaban los móviles. Íbamos a comer gambas y ahí, la fotito para instagram. Recuerdo a una de mis amigas en la playa, en un chiringuito la mar de a gusto, y ella mirando facebook, y suelta "Joder, cómo vive fulanita, que está en Londres". Coño, y tú estás en una playa ideal viendo el atardecer, pero no estás fijándote.
El problema es que así como mis amigos "millennials" abusaban tanto del móvil y de las redes sociales, mis parientes cincuentones y abuelos también. Mi madre no va a ningún sitio sin echar fotos, poner ubicación, está en una cena con más gente y no se despega del móvil y a todo hay que hacer foto. No vive, aparenta vivir.
Mi padre cada vez que hablamos me comenta una nueva aplicación del móvil que ha descubierto. Mi abuelo no se despega del facebook (de hecho le he tenido que borrar), y mis primos/tíos/tíos-abuelos son los peores.
Es decir, que no limitaría esas características a los millennials, sino a toda persona que viva en el año 2017 y haya sido condicionada para que o pone una foto de la playa en la que está, o no está en esa playa. Todo tenemos que evidenciarlo, de todo se puede presumir. Estoy en un sitio muy feo, un callejón inmundo, pero le pongo un filtro vintage y para el feisbu, que se vea los sitios tan bucólicos que piso.
Reconozco que también tengo una ligera adicción al móvil, sobre todo porque facebook es una herramienta que engancha mucho, no por lo que pone la gente, sino porque si sigues páginas web, grupos de interés y demás, no paran de salirte cosas que te interesan, desde debates intensos hasta un vídeo del Tasty en el que hacen un bizcocho. No obstante, estoy intentando cambiar.
En mi trabajo estoy ayudando a niños con TDAH (déficit de atención e hiperactividad) a practicar la paciencia, a valorar cada sonido, olor, textura, el silencio... y es jodidamente difícil, porque si practicamos un juego que es arrastrarse por el suelo como militares, uno suelta "ah, como en call of dutty". Si les digo que respiren "despacito" se me ponen todos a cantar "deeeespaaaacito, pasito a pasito, suave suavecito". Todo lo relacionan con vídeos de youtube, videojuegos, series...todo relacionado con la tecnología. Ya no son capaces de evadirse, de sentir su respiración, sin imaginarse algo visual, rápido y dinámico. Estamos tan sobreestimulados que de verdad les cuesta prestar atención a sus sentidos. Les pongo aromas a fresa, coco, vainilla...(con los ojos tapados) para que los adivinen, y la mayoría sólo dicen "huele a ambientador". Necesitan acabar un juego que estamos haciendo, aunque lo disfruten mucho, para que les diga en seguida cuál es el siguiente.
Sólo por verles así es por lo que he decidido cambiar yo mi estilo de vida y practicar más la paciencia, así que el simple hecho de sentarme en mi balcón con mi gato y mirar el río que tengo en frente me vale para evadirme. Estoy volviendo a leer y no puedo evitar saltarme una frase porque estoy deseando ver lo que llega, así que el esfuerzo por leer cada palabra me cuesta la vida, porque es cierto, somos impacientes. Lo único que nos queda es practicar la paciencia.