Procesan por robo de coches de lujo a un mafioso vinculado a una firma de videojuegos tras destrozar un exclusivo 'Ferrari' en Malibú
A veces la vida parece un videojuego. El 21 de febrero, la Policía de Los Ángeles encontró en la autopista de Malibú un 'Ferrari Enzo' rojo partido por la mitad -la Policía calcula que se estrelló a 260 kilómetros por hora- y a una persona herida. La marca italiana únicamente fabricó 400 unidades de ese modelo, cada una valorada en 1,6 millones de dólares. Destrozarlo equivale a tener 'La Gioconda' en casa y usarlo para jugar a los dardos.
Los agentes comenzaron a investigar la declaración del herido, un sueco llamado Stefan Eriksson. Según su testimonio, el coche lo conducía un alemán llamado Dietrich, que huyó monte a través tras el siniestro. La Policía lo buscó con helicópteros, pero nunca encontró su rastro. Unos minutos después del accidente, en el lugar de los hechos se presentaron dos hombres que dijeron pertenecer al Homeland Security, el departamento creado por el presidente Bush para luchar contra el terrorismo. Hablaron con Eriksson y luego desaparecieron. Hasta hoy.
Como algo no cuadraba, los policías investigaron el pasado del sueco. Entonces comenzaron a alarmarse. Eriksson, también conocido como 'Fat Stefan' o 'The Banker', era un alto ejecutivo de Gizmondo, una empresa de vi-deojuegos que quiso competir con Nintendo y Sony pero sólo consiguió quebrar tras perder más de 300 millones de dólares. Uno de los juegos que ofrecía es el 'Stunt Car Extreme', consistente en hacer acrobacias con coches lanzados a más de 200 por hora. La firma entró en crisis cuando se desveló que Eriksson era realmente un miembro de la mafia sueca y que había introducido en la cúpula de Gizmondo a sus secuaces. 'Fat Stefan' y su banda estaban acusados, entre otros crímenes, de secuestro, falsificación, asaltos, narcotráfico y posesión ilegal de armas.
En marzo, el 'CSI' de Los Ángeles ya había probado que Eriksson mentía. Las muestras de sangre halladas en el airbag del Ferrari revelaron que él iba al volante en el momento del accidente. Fue detenido cuando ya tenía un billete de avión con destino a Londres y en su poder se encontró una pistola. Los agentes descubrieron que no sólo guardaba el 'Ferrari Enzo' rojo en su cochera. Tenía otro, de color negro, y un 'Mercedes-Benz SLR McLaren'. Según la Fiscalía de Los Ángeles, los tres coches -valorados en 3,8 millones de dólares- pueden proceder de una estafa a un banco británico.
El lunes, Eriksson fue procesado en un juzgado de Los Ángeles, donde se enfrenta a una petición de 14 años de prisión. Se le acusó de robo de vehículos de lujo. En inglés: 'Grand Thef Auto', el cargo penal que da nombre a un vi- deojuego de culto y cuya venta a menores ha sido prohibida en algunos países por fomentar la violencia y las bandas criminales.
Fuente: El correo Digital.