Primeramente, vamos a detenernos en el mando de Super Nintendo. A primera vista, llama la atención que las formas de ángulos rectos del pad de NES se dejaran atrás para dar lugar a un controller con curvas y que resultaba más ergonómico.
La cruceta se perfeccionó y se mejoró, es más, su diseño se empleó en el mando de Nintendo 64 y hasta en el de GameCube tenemos una -desafortunada- versión reducida de la misma -y no fue desterrada hasta la salida del wiimote para Wii- . Todos recordamos que ofrecía una gran precisión, algo que era muy de agradecer en los juegos de lucha.
La disposición de los botones principales sigue la forma de rombo, tradicional con el paso de las generaciones y que perdura hasta los recientes días de PlayStation 4 y Xbox One. Los botones Select y Start siguen vigentes, usándose el primero en muchas ocasiones para acceder a menús o mapas, mientras que el segundo ejercía más la función de pausa. Pero sin duda, el gran acierto de este pad de SNES fue la inclusión de los botones de hombro, igualmente trasladados hasta las consolas más modernas, y que supusieron una gran ventaja respecto al mando genérico de Mega Drive de 3 botones.
Como podéis apreciar en la imagen sobre estas líneas, el mando de SNES fue pionero al introducir aquellos dos botones, y en la siguiente generación de consolas, tanto Saturn como PlayStation (está con hasta 4) contaron con ellos. Se puede decir sin riesgo a equivocarse, que el mando de Super Nintendo es uno de los mejores game pads que se han desarrollado para una consola.
Entrando al trapo con el mando de Mega Drive, Sega se percató que los cantos cuadrados del pad de Master System no hacían cómoda la sujeción, de modo que para su 16 bits, optaron por un diseño curvo y suave (en este punto, cabe recordad que Mega Drive salió al mercado antes que Super Nintendo: en Japón se puso a la venta en octubre de 1988, mientras que la consola de Nintendo no vería la luz hasta noviembre de 1990 en la tierra del sol naciente, donde se la conoció como Super Famicom)
El mando de Mega Drive contaba con dos botones más que el de Master System: uno que se sumaba a los empleados normalmente, dispuestos en fila y no en rombo, y un Start que generalmente, como en SNES, ejercía de pausa (como sabréis muchos, en Master System, algún lumbreras tuvo la genial idea de colocar el botón de pausa en la propia consola, de modo que para una acción que requería de inmediatez, teníamos que levantarnos a toda prisa hasta donde tuviéramos la máquina)
El aspecto más destacable de mando de Mega Drive es su cruceta flotante, también muy precisa para juegos de lucha, es más, el pad de 6 botones de Sega Saturn la siguió empleando e incluso actualmente mandos destinados a juegos de lucha, como los oficiales de Mad Catz para Street Fighter, copian el diseño de cruceta flotante, hasta van más allá y son tremendamente similares a los mandos de Saturn (para muchos, el mejor pad para los juegos de lucha: por algo será)
Evidentemente, tras el lanzamiento de SNES con aquel pad con mayor cantidad de botones, Sega se vio obligada a lanzar un nuevo mando de control que incluía seis botones dispuestos en dos filas, redujo el tamaño del controlador e introdujo un cable más largo. Estos cambios fueron más que necesarios: ¿quién no recuerda el absurdo coñazo que era presionar constantemente el botón Start para pasar de puñetazos a patadas y viceversa en juegos como Street Fighter II? Este pad también contó con un botón llamado Mode -hombro derecho- que permitía cambiar entre el modo 3 o 6 botones, pues algunos juegos antiguos no reconocían el nuevo pad.
Comparando los mandos de SNES y Mega Drive -el de 3 botones-, las diferencias eran evidentes y daban puntos a favor al de la consola de Nintendo, pues contaba con más teclas, un cable más largo y un tamaño más ajustado, aunque sus botones de colores le conferían un toque más de “juguete” que el acabado en negro y blanco visto en Mega Drive. Jugar a Street Fighter II en SNES no tenía color en cuanto a control, aunque hay que ser honestos y decir que había títulos en Mega Drive adaptados a los 3 botones que debido a la simplificación de comandos, resultaban más cómodos de jugar: un ejemplo son los Mortal Kombat, donde en el mismo botón residen los dos tipos de puñetazos -si mantenemos pulsado adelante, el puñetazo bajo se convierte en alto-, siendo más sencillo ejecutar algunos movimientos especiales -como la patada deslizante de Sub-Zero-. Evidentemente, en un enfrentamiento directo entre el mando de SNES y el pad de 3 botones de Mega Drive, la consola de Nintendo se alza con una indiscutible victoria.
Ahora bien, si realizamos el cara a cara con el mando de 6 botones, la cosa cambia. No es que vaya a haber una superioridad aplastante, pero sí que resultan más ajustadas las cosas. Sinceramente, prefiero el mando de 6 botones de Sega para jugar a Street Fighter (recordad lo que os decía de los pads oficiales actuales de Mad Catz), aunque nunca he conseguido adaptarme a Killer Instinct con un pad no oficial de 6 botones, pero siempre que comparamos cómo rinde el control en títulos que salieron para ambas máquinas, el de SNES resulta más fiable. Aún así, hay que decir que el pad de Mega Drive encaja perfectamente con la filosofía de la consola como la máquina que pretendía contar con el mayor número de juegos arcade en su catálogo -títulos que, por lo general, no precisaban de muchos botones para jugarlos-, mientras que en SNES, la mayoría de juegos, sacaban buen provecho de la posibilidad de poder combinar las acciones de los pulgares con los índices -sobre los botones de hombro-, algo que es de lo más común a día de hoy.
Por supuesto, como reza el popular dicho, “culo veo, culo quiero”, existieron multitud de mandos no oficiales, de terceras compañías, tanto para Super Nintendo como para Mega Drive, que imitaban el mando de control de la consola rival.
Este es el Speed Pad de Logic 3 para SNES que poseo. Como podéis apreciar, imita la botonera del mando de 6 botones de Mega Drive, además de contar con funciones de turbo. La única pega es que el cable resulta corto, por lo demás, robusto y fiable. Y por cierto, si veis un mando como el que habrá bajo estas líneas, que no os tiente su precio -suelen rondar los 3 euros en eBay con el envío incluido-, pues el material es de paupérrima calidad y su precisión y fiabilidad tan baja, que lo hacen inservible, de hecho este pad no me detecta las direcciones en diagonal:
Y aquí tenéis el Action Pad 16 de, también, Logic 3 para Mega Drive, imitando al mando de SNES:
En la siguiente imagen podéis ver cómo algunos elementos de los mandos de SNES y Mega Drive fueron trasladados a los de otras consolas. El primer pad de PlayStation bebía mucho del diseñado para la consola de Nintendo (seguramente el rocambolesco episodio de la elaboración de la SNES PlayStation lo explique todo): botones Select y Start en la parte central inferior del mando, botonera con forma de rombo y con cuatro teclas y botones de hombro -aunque se multiplicaron por dos en PlayStation: L1, L2, R1 y R2) En cuanto al mando de Mega Drive, su legado llegó prácticamente intacto al pad de Sega Saturn, al que Sega, aprendida ya la lección, le añadió dos botones de hombro, aunque tipo click (una clase de botones que no me gusta especialmente en los pads)
Es curioso comprobar que el mando de SNES fue el germen del de PlayStation, el cual adoptó dos sticks analógicos cuando Nintendo 64 salió al mercado, y cuyo diseño ha perdurado hasta la actual PlayStation 4 -con los convenientes añadidos, claro-. Por parte de Sega, más adelante, y también influenciada por la llegada de 64 bits de Nintendo, lanzaron un controller con un solo stick y gatillos para Saturn, algo de lo que se tomó nota para el mando de Dreamcast, el cual a su vez influenció en el de Xbox… Pero estas son otras historias.
En definitiva, y a pesar de lo que me gusta la cruceta flotante del mando de Mega Drive, además de su diseño más elegante y suave, si tuviera que inclinarme por un mando, daría la victoria al de Super Nintendo: un control pad que fue todoterreno en su día y que de hecho, tal y como os acababa de comentar, su diseño inspiró a otro mando que se ha sabido adaptar a mil géneros y que sigue vigente en su forma más básica a día de hoy (el de PlayStation)
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