Pues mira, a mí me parecen muy bien todos estos programas, porque viéndolos en su salsa pierden mucho de su credibilidad y autoridad cuando hablan. Escudados tras la radio o los periódicos, sus chorradas incluso pueden llegar a parecer lógicas, razonadas, plausibles y de gran fondo intelectual. Es curioso cómo todo eso cambia cuando puedes verles la cara, los gestos y los colocas en un medio donde les dejan explayarse a gusto. Entonces es cuando asoman su verdadera jeta y los vemos como realmente son: otra cuadrilla más de gilipollas exaltados.
Yo es que recuerdo hace chorrocientos años cuando escuchaba a Javier Nart hablando en la radio y, oye, parecía un tipo razonable, sensato, ponderado y equilibrado. Fue verlo un día en la tele y, aunque no es un bullas como muchos otros, simplemente su actitud corporal y sus gesticulaciones faciales hicieron que cambiase radicalmente de opinión y lo viera como un imbécil del montón, con buena oratoria, eso sí, pero igual de prepotente, pedante y sabiondo que sus otros colegas.
Y lo más gracioso de todos estos tertulianos todo-terreno es cómo saben de todo y tienen la verdad indiscutible sobre absolutamente cualquier tema. Cuando hablan de cosas de las que el espectador no conoce demasiado, incluso parece que entienden el copón. Eso sí, en cuanto tocan algo en lo que la audiencia ya tiene cierto nivel es el descojone padre, entonces es cuando uno se da cuenta de la cantidad de tonterías por segundo que es capaz de decir un ser humano y quedarse tan pancho, y hasta qué punto muchas veces es desinformación más que otra cosa lo que recibimos, bien por inutilidad e ignorancia supina del "periolisto" de turno, bien por intencionalidad manifiesta y manipuladora.
Una vez dicho esto y tras declarar el asco especial que me produce Maria Antonia Iglesias, en clara rivalidad con una larga lista de juntaletras de todas las tendencias, también tengo que decir que me asusta mucho más, aun siendo más moderado y no más idiota que los demás Miguel Ángel Rodríguez (y no hablo de "El Sevilla"). ¿Y si no es peor que los otros, por qué esta afirmación? Pues porque los demás al menos nunca han estado en cargos de responsabilidad en un gobierno de España, algo que no ocurre con éste otro bobo. Aunque, a decir verdad, muchas veces no tengo claro si quienes gobiernan son los políticos o son ciertos periodistas que mediatizan la política. Bueno, si he de ser sincero, en realidad no sé si son los políticos quienes controlan a los medios de comunicación o son los medios de comunicación quienes controlan a los políticos. O igual tanto monta monta tanto, porque al final quienes de verdad manejan el cotarro son grandes conglomerados económico-político-religiosos con múltiples tentáculos en todas las esferas de poder.
Resumiendo: Que sí, que el sapito éste da mucho asco, y no me refiero a visualmente, que también.