Desde la pérdida colonial del Sahara por parte de España, donde el gobierno marroquí consiguió expulsar del territorio que considera propio a los infieles españoles, las relaciones con la monarquía absolutista de Marruecos han sido tensas. Es el sitio más cercano de África al país y hace frontera con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, lugares también que siempre han reivindicado propios los sucesivos gobiernos marroquíes.
Los flujos migratorios hacen de la relación con Marruecos, algo fundamental para la política exterior española. Y Rabat lo sabe. No solamente por la gran afluencia de inmigrantes ilegales en épocas veraniegas, cuando la travesía por el mar es más fácil, sino porque es el último bastión para la entrada de cientos de miles de africanos que han recorrido miles de kilómetros para intentar entrar en la tierra prometida que es para ellos Europa.
Por ello las relaciones diplomáticas y la buena sintonía entre los diferentes gobiernos de ambos países, pueden facilitar muchísimo la tranquilidad de las dos monarquías constitucionales. España tiene muchas compañías en Marruecos que hacen pingues beneficios, el mismo expresidente español Felipe González tenía hasta el año pasado una casa con grandes extensiones de terreno y playa en Tánger. Casa que vendió a la familia real de Arabia Saudí, otra gran dinastía amiga de la monarquía española y de los grandes emporios económicos del país.
Las buenísimas relaciones de líder socialdemócrata Felipe González con monarquías y regímenes autoritarios como Marruecos y Arabia Saudí, no son por supuesto óbice para criticar a Venezuela y Cuba cuando estima oportuno. Con ellos no tiene negocios personales y laborales, por lo que puede decir barbaridades de estos dos países americanos. Todos sabemos que Venezuela ahora mismo es el demonio para el bipartidismo y los medios en este país, mientras Arabia Saudí tiene apagón informativo y Marruecos es conocido por las estupendas relaciones diplomáticas entre la monarquía española y la marroquí.
Marruecos y Arabia Saudí, esta última teocracia con un sistema normativo basado en la Sharia, son regímenes islamistas. Con su propia interpretación de las libertades individuales y colectivas. Marruecos pasa por tener un Islam moderado, un estilo a esa Turquía que quiere entrar en la Unión Europea y está en la lista para adherirse. Pero la realidad cotidiana de la población y los usos y costumbres de una sociedad tradicionalmente islámica, no parecen casar con las democracias occidentales y su sistema de libertades individuales.
Hace unos días una joven marroquí
era insultada y vejada en un mercado de una ciudad costera del país. ¿Su crimen? Llevar pantalones cortos. Una multitud compuesta por hombres y mujeres, las mujeres gritaban más, la increpan sin descanso con gritos del tipo "Mirad cómo ha salido esta. Esto es denigrante. ¡Mirad como ha salido esta chica de casa!". Para estas defensoras de la ética y las buenas costumbres las jóvenes deben ir con burka, no vaya a ser que alguno piense que son unas pelandruscas. Peor, quizás si las agreden sexualmente por ello sean ellas las culpables, ya que salir con pantalones cortos es toda una obscenidad. Tengamos un poco de caridad, quizás era eso por lo que más de una mujer exaltada gritaba en realidad; pensando que cualquier hombre arremetería con lasciva violencia sexual contra ella.
Esto nos proporciona una radiografía social del nido de fanatismo, incultura y misoginia que hay en esa sociedad. Luego claro hay muchos que deciden emigrar a Europa y su shock ante las vestimentas y costumbres de las mujeres de aquí, les producirán sofocos y actitudes machistas mucho más marcadas. La incultura tiene esas cosas y la recia doctrina fundamentalista religiosa también.
A principios de este mes, cinco chicos marroquíes eran detenidos en Marrakech. ¿Su crimen? Beberse un zumo de naranja en la vía pública en fechas de Ramadán. El triste suceso añade que fueron los propios comerciantes de la zona los que alertaron a las autoridades. Se pueden sentir orgullos musulmanes y hay un caldo de cultivo fundamentalista estupendo en esa sociedad. La asociación pro derechos humanos que quiere dejar libres a los chavales, uno de ellos menor, alega que “el islam permite saltarse el ayuno cuando una persona está de viaje”. Qué sociedad para vivir más preciosa y qué manera de argumentar más lógica en un caso que puede acabar con penas de cárcel para los encausados.
Un par de mujeres jóvenes también esperan su juicio por llevar falda en fechas de Ramadán y dos homosexuales serán juzgados por darse un beso en Rabat. Así es la justicia islámica moderada y son las leyes en Marruecos. Ese gran amigo de la monarquía española y ese gran ejemplo para las libertades individuales donde grandes empresarios españoles se forran. Eso sí, el malo oficial Venezuela.
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