Muchas gracias por las respuestas.
Selezma escribió:Nunca me han gustado los chicles, me dan arcadas.
Potra de la buena, me alegro por tí, un problema menos en la vida que no es poco
NeoAlberto escribió:Masticar chicle suele provocar la entrada de aire en el estómago, puede que sea eso. O un efecto placebo, engañando al cerebro haciendo pensar que comemos algo.
Pienso que es verdad y una buena respuesta. En mi caso, me incliné más por pensar que algunos organismos pudieran tener una elevada sensibilidad a lo salado-dulce, y que tras comer algo dulce (aunque sea artificial -edulcorante-), de inmediato necesita 'compensar' o 'complementar' con comida salada (y a la inversa), al menos parece ser mi caso.
A su vez, quizá, el chicle -de nuevo para los organismos más sensibles-, cause un efecto de 'frustración' al masticar mientras no llega comida alguna al estómago, el cerebro detecta esta anomalía y automáticamente podría incrementar la sensación de hambre para que comamos más. Esto último vendría a ser equiparable al comportamiento de otros mecanismos biológicos Humanos cuando son 'rotos' o alterados, por ejemplo la sudoración con el calor húmedo (la humedad del ambiente impide que el sudor haga su trabajo porque no puede disiparse, la respuesta del cuerpo es sudar como si no hubiera mañana para intentar -inútilmente- compensarlo), la fiebre muy elevada cuando existe una infección importante, o la ''comida trampa inversa'', esto es, cuando estamos comiendo muy poco durante días y al quinto o sexto día comemos mucho más durante otros cinco, el organismo aprovechará esa comida todo lo posible, introduciéndola directamente como grasa de reserva motivado por su mecanismo de supervivencia. Este es el 'círculo infernal' de las dietas restrictivas o basadas en batidos; en el momento en el que se nos ocurra comer más o meter carbohidratos será ganancia de peso garantizada, porque el cuerpo interpreta que la probabilidad de recibir esa misma cantidad de comida con regularidad será nula o muy escasa, en consecuencia trata de defenderse.
YoNoVeoSeries escribió:Ni idea, pero mi padre se aficionó al chicle cuando dejo de fumar. No sé si le quitaba el mono del tabaco o algo así.
Si
de hecho conozco a un montón de personas que se apoyaron en el chicle para dejar de fumar... y les dio resultado. (suerte que no fumo, porque considerando el hambre que me dan los chicles y mi notable sobrepeso, mucho más que ayudarme a adelgazar, iba a acabar como una bola
)
Devil Zeros escribió:ChuckyFlame escribió:A mi me pasa como a ti, nada mas que añadir
A mí también me pasa lo mismo...
Putadón
(porque en mi caso me encantan los chicles y ademas de abrirme el apetito, también me hacen acumular gases a cascoporro
)
Lexeu escribió:El hambre muchas veces es mas psicológico que otra cosa. Asocias un buen sabor (o un horario en el que normalmente comes), en este caso el de un chicle a un momento al que normalmente comes al hambre, pero muchas veces es más mental que otra cosa. Hay gente que lo contrario, con un chicle se quita el mono de comer.
Nuestro cuerpo hace sonidos cuando el intestino está vacío y a esto se asocia el hambre, pero es una convención más social que real. El intestino se está moviendo y ya está y si esperas 15-20 minutos desde que estos ruidos cesa parará.
Es muy interesante
la verdad es que no había caído en esto, lo investigaré. Gracias.