Lo preocupante es esto: "Oleg también parece ser un buen consumidor de la propaganda rusa que estos días trata de convencer a los rusos de que los ucranianos bombardean sus propias viviendas: "En Ucrania no hay guerra, Moscú no la ha declarado y Kiev tampoco", zanja con unas cuantas patatas fritas en la boca. "Pero vamos hacia un nuevo orden mundial, con dos mitades: países sancionados y países sancionadores", añade con algo de picardía en la mirada"
Encima de invadir, victimismo. Que pena de mundo se nos está quedando.