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Comentas que a veces creaba unas expectativas y luego no pasaba nada importante. Bueno eso es relativo, por ejemplo, en el principio del libro, si uno se pone en la mente de un niño de 12 años, perder de pronto la amistad con tu mejor amigo es muy importante, quizás es lo más importante en ese momento. Y más adelante en el libro, al protagonista se le derrumba toda la vida que tiene a su alrededor: esposa, hijo, familia, amigos, trabajo... creo que sí es una situación bastante grave.
Capitulo 5 (final)
.....Pero no sabia lo que me esperaba al dia siguiente...
Capitulo 6
Durante el capitulo "no pasa nada": habla con sus compañeros, distanciamientos con la mujer, etc.... nada que no venga pasando ya en capitulos anteriores. Pero lo acabas igual"Toda mi vida iba a cambiar en unas horas y yo sin saberlo"
Capitulo 7
Aqui por fin pasa algo: Habla con Sara sobre la vida de ésta, le descubre el jefe de personal, etc....
A esas cosas me referia con lo de crear expectativas. De hecho, ya que mencionas la primera parte del libro, ahí tambien pasa eso. Desde el principio la sombra del desastre planea sobre los protagonistas, hasta que por fin se cae la caseta encima del amigo.
No sé, yo veo el libro lo bastante interesante por sí solo, para no tener que recurrir a ese recurso continuamente. Al principio, reconozco que leer eso me hacia sentir expectativas sobre la trama, pero a mitad libro ya sabia que esas expectativas no se iban a cumplir. Al menos en un par de capitulos más.
No he podido soportar el episodio de Sara, no por lo duro sino por la manera en que está narrado. Utilizas un recurso narrativo que me ha matado. Creas suspense, lo alargas, lo vuelves a crear, lo alargas, lo vuelves a alargar, lo estiras un poco más y luego sueltas un dramón.
El comienzo en cambio me había encantado por la evocadora nostalgia.
PrivateJerson escribió:La he empezado y abandonado hoy.No he podido soportar el episodio de Sara, no por lo duro sino por la manera en que está narrado. Utilizas un recurso narrativo que me ha matado. Creas suspense, lo alargas, lo vuelves a crear, lo alargas, lo vuelves a alargar, lo estiras un poco más y luego sueltas un dramón.
El comienzo en cambio me había encantado por la evocadora nostalgia.
Hasta donde he llegado canta a crisis de los 40.
Ánimo con la siguiente, seguro que aprendes mucho de esta primera experiencia