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Salvador, uno de los principales polos turísticos brasileños por su promesa de sol y calor el año entero gracias a su posición tropical, ha recibido en las últimas tres semanas medio millar de «turistas» especiales que no está preparado para atender: pingüinos procedentes de la Patagonia.
«Estamos enfrentando grandes dificultades para atenderlos. No estamos preparados para eso. Desde el 2001 no habíamos recibido ningún pingüino por aquí y desde el 17 de julio pasado ya hemos recibido cerca de 500», dijo la bióloga Sheila Serra, coordinadora del Instituto de Mamíferos Acuáticos (IMA) de Bahía, estado del noreste brasileño del que Salvador es capital.
Esta cálida ciudad inmortalizada en diferentes novelas por Jorge Amado y que fue la primera capital de Brasil es una de las más afectadas por la insólita e inexplicada llegada de miles de pingüinos debilitados y moribundos a las playas brasileñas.
Y es que, por su ubicación a unos 2.800 kilómetros de las playas del litoral del sur de Brasil, en donde los llamados pingüinos de Magallanes sí suelen aparecer por esta época, en el litoral del estado de Bahía no es común su presencia ni existe infraestructura para recibirlos, recuperarlos y devolverlos al mar.
Alojamiento para pingüinos
«Primero los ubicamos en el centro de rehabilitación que estábamos construyendo y después tuvimos que improvisar alojamientos en las piscinas, en las clínicas y hasta en nuestro auditorio. Todas nuestras áreas están comprometidas», afirmó Serra.
«Tuvimos que pedirle ayuda a la Marina, que nos prestó tres tiendas de campaña que montamos en el área externa y adonde estamos llevando a los que están en mejores condiciones», agregó.
Al IMA, que recibió con celeridad una autorización especial del Instituto Brasileño de Medio Ambiente para atender a los pingüinos, están siendo trasladados los animales que llegan a las playas de Salvador y a otras regiones turísticas vecinas como Ilheus, la Bahía de Todos los Santos, el Morro de Sao Paulo y el litoral norte del estado de Bahía.
Pero otros pingüinos han llegado aún más lejos, hasta los estados brasileños de Sergipe y Alagoas. «Montamos una base en la ciudad de Aracajú en donde tenemos los diez pingüinos que se han aventurado más lejos», afirmó.
Según Serra, los pingüinos no llegaban al estado de Bahía desde 2001, cuando unos 20 animales fueron arrastrados a esa región por los cambios en las corrientes y en la temperatura de las aguas provocadas entonces por el fenómeno de El Niño.
«Aún no sabemos a qué obedece la avalancha actual, pero creemos que el fenómeno de La Niña y algunos de los cambios climáticos provocados por el efecto invernadero están enfriando las corrientes marinas y arrastrando las aguas frías de la Patagonia más al norte.
Incluso en Salvador la temperatura del agua está actualmente tres grados centígrados más fría que lo normal», dijo.
«Pero esos pingüinos soportan temperaturas que varían entre los 7 y los 30 grados centígrados. No son de zonas totalmente heladas y por eso no llegan a sentirse totalmente incómodos en Salvador, en donde la temperatura promedio es de 28 grados centígrados», agregó.
Supervivencia
Las autoridades han realizado incluso campañas informativas para evitar que, como venía ocurriendo, algunas personas en un intento de salvarlos los coloquen en cubas con hielo o hasta en la heladera.
La bióloga aclaró que los pingüinos inicialmente son trasladados a locales cálidos debido a que es necesario recuperarlos tras su larga jornada y debido a que llegan a las playas totalmente debilitados, deshidratados, con el peso por debajo de lo normal y la temperatura del cuerpo muy baja.
Por ser en su mayoría jóvenes e inexpertos, los pingüinos que llegan a Brasil tras ser arrastrados por las corrientes a más de 5.000 kilómetros de la Patagonia pierden la capa de grasa que los protege y terminan agonizando por hipotermia.
«Revertir el estado en que llegan es muy complicado y tenemos que tratarlos con medicinas y alimentarlos con puré de sardina. Pero estamos logrando un proceso satisfactorio de recuperación y ya conseguimos que algunos se alimenten solos», afirmó, tras reconocer que la atención no ha evitado la muerte de unas 200 aves.
Los que sobrevivan serán trasladados hasta Arraial do Cabo, en el litoral del estado de Río de Janeiro y en donde serán liberados esperando que las corrientes los ayuden a regresar a casa.
lexus_zgz escribió:No entiendo porque tienen que llevarselos a piscinas y no se que, Que pasa? molestan a los turistas en la playa?
Si tantos pingüinos han migrado ahi sera porque se encontraran bien ahi, su instinto les lleva a buscar los mejores sitios para cada epoca del año, no se por que el ser humano tiene que entrometerse y sacar ahora una especie de paternalismo hacia los animales si cuando le interesa se lo pasa por el forro de..