A ver si consigo explicarme bien. En el PC de sobremesa etngo ahora mismo 2 discos duros SSD de 1 TB cada uno y dos HDD, uno de 1 TB y otro de 600 GB. Los SSD los utilizo para sistema operativo, juegos y otros programas, y para alguna peli en 4K que necesite un bitrate mayor. Los HDD para almacenar mierdas varias; o al menos esa es mi intención, ya que con juegos que hoy en día superan con holgura los 100 GB (el Digital Combat Simulator pasa de 300 el solito), y a mi que me gusta picotear un rato de este juego, otro rato de este otro, y modearlos a muerte, los SSD los tengo siempre en la raya roja. Algunos juegos los puede instalar en los HDD, pero no todos sin que haya una merma importante del rendimiento.
Se acabó el tocho, ahora viene la pregunta. Acabo de comprar un SSD de 2 TB para sustituir uno de los de 1 TB. ¿Debería dejar el de 2 TB como disco duro secundario o instalar ahí el OS? ¿Hay una ganacia de rendimiento si instalo el Windows ahí, o es preferible dejarlo así? Mi idea para el disco duro de 1 TB que se retire es meterlo en una carcasa y dejarlo enchufado a un puerto USB-C, que tengo entendido que dan un rendimiento suficiente como para poder ejecutar cosas que estén ahí instalada.
Si tuviera todo el tiempo del mundo para reinstalar OS, drivers y programas imprescindibles y configurarlo todo de nuevo, dejaría el nuevo para el OS y juegos que ocupen más, como los simuladores de vuelo. El problema es que no lo tengo, y antes de invertir ese tiempo, necesito saber si merece la pena, poruqe he leído por ahí, que cuanto más capacidad, mayor rendimiento y mayor tiempo medio antes de fallar, así que en teoría, sería mejor usar para los procesos de lectura y escritura contínuo propios del OS, ¿no?