He llegado a un punto en la vida
en el que todo me da igual,
ya no confío en los demás,
ni siquiera confío en mi
el camino que yo tome,
ya no existe en los mapas,
soy solo un alma errante
sin saber que hacer
o donde ir
condenado eternamente
si, aunque a veces llore
y otras ria, de nuevo
cojo esa capucha negra
y emprendo mi viaje
hacia un lugar inexistente,
el cementerio de las almas,
aquí es donde esperare la señal,
de ese maldito bastardo de arriba
el es quien decide quien debe vivir,
o quien es digno del infierno
yo tan solo soy una pieza mas,
en la cadena de la vida
mientras tanto guadaña en mano
esperare la señal...
y reza para que no seas tu
el próximo en ver el umbral del averno.