La sutileza de las preposiciones. Edward Smith asegura mantener relaciones sexuales con su coche. Con, no en. Lo ha hecho desde los 15 años y no se avergüenza de ello ni piensa dejar de hacerlo.
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"No estoy enfermo y no le hago daño a nadie. Es sólo que prefiero a los vehículos", afirma el hombre, de 57 años, en el Telegraph. Y no es el único. Según pone de manifiesto un documental sobre relaciones extremas emitido por la cadena británica Channel Five, Smith forma parte de una comunidad global de más de 500 "mecáfilos", que sienten atracción sexual por las máquinas, y que se encuentran a través de internet.
En el film, Smith, originario de Washington, habla cándidamente de su parafilia con otro mecáfilo de camino a una feria de coches que tiene lugar en California.
Cuenta que no le atraen ni las mujeres ni los hombres y que ha practicado sexo con unos 1.000 coches, aunque su experiencia más intensa fue con un helicóptero.
"Soy un romántico. Escribo poesía sobre coches, les canto y les hablo como si fueran mi novia. Sé lo que siente mi corazón y no tengo ningún deseo de cambiar", declara convencido.
Su actual compañera es un Wolkswagen Beetle llamado Vanilla, aunque también pasa tiempo con otros automóviles que ha bautizado con nombres de especias con propiedades afrodisíacas.
"Hay momentos en medio de ninguna parte en los que veo un coche y siento que necesita amor", confiesa. "Entonces espero hasta que está oscuro y me acerco para darles besos", añade. Y esto es lo que muestra uno de los vídeos promocionales del documental colgado en YouTube, de forma más o menos explícita.
"Aprecio la belleza y voy un poco más allá al apreciar la de un coche, sólo hasta el punto de lo que considero una expresión de amor", insiste Smith al definir su poco ortodoxa pasión.