Amor, me duele amor.
Me duele el corazón
cuando de mi se apodera la sinrazón.
Me duelen las lágrimas
de llorar tus risas;
me duele la risa
de reir tus llantos.
Me duele la herida que
me has hecho y que
urgas con tu dedo
ensañandote en mi sufrir.
Me duele la vida,
que fría se escapa entre
tu pelo.
TE QUIERO,
no puedo dejar de quererte,
pero me haces mal.
Me duele tu mirada,
que se clava en mi mente
como estruendo ensordecedor.
Me duele el alma,
agonizante de sed de
tus besos, muere sin decir
adiós a esa luz que desprende tu ira.
Me duele tu dolor, te ries,
de mi locura.
Loco, desesperado, tartamudo,
muerto y enterrado soy;
por ti, sin ti, contigo.
El perfume de tu cabello
me mata, me ahoga
y no me deja vislumbrar
la luz del negro túnel.
Me duele mi propio dolor,
me duele el sudor que derramo
en mi agonizante despedida.
Te jactas de tu victoria,
pero recuerda que
mi amor por ti es infinito,
y mi dolor pasajero,
pero tu amor un día será mío,
y mi dolor tu huésped.