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ElSrStinson escribió:¿A nadie le salta la alarma de acosador?
Cataphractus escribió:¿Con cuántos años se repite 4º de primaria? Excesivamente precoz me parece.
En cualquier caso te comprendo, me ocurrió parecido pero ya en la ESO con una chica de bachiller, de no haberla visto o no haberme fijado en ella nunca pasé a verla todos los días y quedárme embobado mirándola, y ella a mi que es lo jodido, dos cursos duró esto hasta que terminó bachiller y por tanto el colegio, asi que dejé de verla. Sí, así de gilipollas somos algunos. Hace unos años le escribí por facebook con el fin de intentar dar carpetazo a este asunto, fue un desastre absoluto, puede que peor de lo esperado y eso que iba con mentalidad de que solo quería confesar sin intención de lograr nada, con ghosting y todo al final, pero creo que me ayudó a dar unos pasitos hacia adelante.
Te diría que no tienes nada que perder y que le escribas pero si dices que con 13 ya pasarón esos sentimientos pues no sé... igual solo tienes morriña. En cualquier caso si escribes se tu mismo y haz el favor de no ser patético,si ser patético es ser tu mismo primero deja de serlo, u ocultalo lo mejor que puedas xD
Quintiliano escribió:ElSrStinson escribió:¿A nadie le salta la alarma de acosador?
Mira, si hoy vas a una floristería, compras un ramo de dos docenas de rosas rojas, y se las llevas a una mujer que te guste para pedirle una cita, es posible que alguien diga que eres un psicópata
Hay una delgada línea que separa ser romántico de ser un acosador. Por desgracia, hemos de refrenar nuestros impulsos y solicitar confirmación antes de hacer nada que se pueda interpretar como algo negativo. En el caso de las flores, supongo que habría que avisar antes de ir con ellas en la mano.
Sobre el hilo: nunca se sabe, a veces algo que no pudo ser en la adolescencia podría resurgir en un futuro. La vida siempre te sorprende.
Shiniori escribió:(...) Lo que si me sucedió fue que me gustaba una chica pero la chica no es que fuera muy guapa, me enamoró su carácter su forma de ser, pero enamoramiento de locura.
No podía dejar de hablar de ella hasta que le fui de frente y me declare me dijo que NO.
Pensé que en ese momento sería el fin del mundo pero me lo tomé bien y seguimos como si nada.
Lo recuerdo como un aprendizaje donde pude controlar y asumir mis sentimientos.
Quintiliano escribió:Shiniori escribió:(...) Lo que si me sucedió fue que me gustaba una chica pero la chica no es que fuera muy guapa, me enamoró su carácter su forma de ser, pero enamoramiento de locura.
No podía dejar de hablar de ella hasta que le fui de frente y me declare me dijo que NO.
Pensé que en ese momento sería el fin del mundo pero me lo tomé bien y seguimos como si nada.
Lo recuerdo como un aprendizaje donde pude controlar y asumir mis sentimientos.
El rechazo no es ninguna desgracia. Es lo que le puede pasar a los hombres que tienen la valentía de afrontar sus sentimientos y el coraje de elegir por sí mismos a la persona que les interesa. Los antiguos decían: "Elige a tu mujer". Muchos hombres no llegan a ser rechazados en ninguna ocasión de su vida porque no se atreven a elegir por sí mismos, sino que se dejan elegir por una mujer. El gran actor Arturo Fernández (DEP maestro) en una entrevista dijo que jamás había sufrido un rechazo, porque sólo se acercaba a las mujeres que ya sabía que se sentían atraídas por él.
Quien se expone a un rechazo, es valiente.El rechazo es una bofetada refrescante, que ayuda a madurar, tonifica el espíritu, te enseña la medida de tus fuerzas y la intensidad de tus sentimientos. Ahora sabes algo que, sin ese rechazo, no habrías aprendido. También así sabrás actuar con tacto cuando tengas tú que ser quien rechace a alguien.
ce16 escribió:Pues yo no lo veo asi. Yo he sufrido un rechazo antes de empezar la pandemia y me ha hundido completamente
El rechazo como tal, no es algo tan negativo. Pero es una experiencia necesaria para la transformación de un adolescente, en hombre adulto. Es necesario comprender que aunque fueses el chico perfecto, siempre habrá una mujer que no te aceptará como eres. No hay culpa ni reproches que hacer. Sólo aceptarlo.
El rechazo hecho con amabilidad, con una sonrisa, no es algo traumático, ni que deba ser aceptado como un fracaso. Simplemente es la constatación de que, si tomas la responsabilidad y el coraje de elegir, te puedes equivocar, y elegir a alguien que no te elige a ti.
Los amigos de la época del instituto solían decirme que yo tenía muy buen gusto para elegir a las chicas. Buen gusto sí, sin duda, pero poca fortuna, porque cuando elegía, la chica en cuestión no me elegía a mí. Pero incluso la chica que rechaza a un pretendiente se da cuenta de las intenciones que tenías, y se acordará toda su vida de ti. No vas a ser un mal recuerdo, sino todo lo contrario.
Porque muchos hombres no necesitan esforzarse, porque no eligen. Se conforman con aceptar lo que buenamente se les ofrece. Esos hombres que lograron su primera (y quizá única) relación sin esfuerzo, porque les vino todo rodado, no necesitan ser románticos, ni comprar flores, ni siquiera aceptar la posibilidad de una derrota ante otro pretendiente. Tampoco conocerán la fuerza y empuje de sus sentimientos, ni el desgarro que se siente al saberse rechazado. En cierto modo, no valorarán tanto su relación como sí lo hará un hombre que conoció al menos un rechazo.
En el pasado, el rechazo no existía porque el hombre se servía de terceras personas que le buscaban pareja, como los famosos casamenteros (populares aún durante el siglo XX en sitios como Irlanda del Norte, véase la película "El hombre tranquilo") que eran contratados para llevar la proposición de una relación a la mujer en cuestión, en nombre del caballero. O las famosas celestinas, inmortalizadas por Fernando de Rojas en el libro "La Celestina". En el pasado, el hombre medio encontraba difícil y arriesgado buscar por sí mismo, y lo delegaba en terceras personas.
Por tanto el hombre que osa elegir por sí mismo, a una mujer, haciendo caso únicamente de su corazón, ignorando los peligros a los que se enfrenta, y poniendo todas sus cartas (intenciones) encima de la mesa, ante la persona elegida, ese hombre no debe avergonzarse de un rechazo, sino enorgullecerse de su hombría y arrojo, porque sólo fracasan quienes nunca emprenden nada, y ser rechazado, es también un regalo en algunas ocasiones, porque la forma en la que uno fue rechazado, revela con claridad la clase de persona con la que nos estamos enfrentando.
Por ejemplo, cuando el rechazo se produce con crueldad, cuando viene con risas, burlas, entonces ya no es un rechazo, sino un gran regalo: nos hemos librado de una mala persona. Imagina si te hubiese dicho que sí, y hubieses descubierto lo mala persona que es, ya comprometido o casado. ¡Qué desgracia se te habría venido encima! Hay que agradecer a la mujer sincera que te diga claramente que no te acepta. Hay que agradecerle el rechazo, por el tiempo y los sufrimientos futuros que te ahorra.
Por otra parte el rechazo de una chica, suele tener efectos colaterales positivos: porque la chica que te rechaza, tiene amigas, vecinas, compañeras... que conocen de tu osadía, de tu declaración, de tus intenciones... y puede ser que alguna de ellas deseara ocupar el lugar de la rechazante y en próximos días se te presenten oportunidades afectivas insospechadas.