duende escribió:Mi inquietud no es esa, y no lo es sobre los políticos nuevos, sino los políticos en general sea del partido que sea.
Las listas no siguen un criterio técnico por medio de meritocracia y concurso, sino por un sistema arbitrario que permite haya gente entra en esas listas que entran por amiguismo, influencia o popularidad dentro de unos círculos, y no por sus competencias técnicas, experiencia o valía. Al final lo que provoca es que tengamos gente que nunca ha gestionado nada, que no tiene experiencia probada, y que pasa directamente a dirigir equipos enteros de funcionarios y a manejar presupuestos muy importantes.
Yo entiendo el argumento de "alguna vez tiene que ser la primera vez". Pero por ejemplo uno no puede ir a una empresa privada, llegar el primer día que no conoces nada, no sabes nada y no has demostrado nada, y esperar que te den un proyecto de millones de euros y un equipo de 100 técnicos bajo tu supervisión. Y ya sé que me vais a decir: "es que la política no es una empresa, sabes? no importa esas cosas sino la vocación". Me parece muy bien, pero cuando se tiene que poner en práctica esa vocación se necesitan una serie de habilidades técnicas y cualidades personales que son propias de gestión, y que sin embargo no han sido por las cuáles se le ha juzgado a la hora de meter a uno en la lista.
Tampoco es que la solucuón sea tecnócratas puros y duros, gente funcional, sino buscar un equilibrio entre ambas cosas, gente vocacional y comprometida pero también con esas cualidades ya probadas. Quizás se debería añadir un elemento así en el funcionamiento de los partidos cuando se hacen primarias y se hacen las listas, está muy bien que se vote por popularidad, pero también lo estaría que aquéllos que están designados a coger concejalias, competencias...etc. lo hagan en base también a otros criterios relacionados con la naturaleza del puesto que van a ocupar para que haya un "match" más adecuado entre el perfil de la persona, y el puesto.
Y esto va por todos, por los de antes, los de ahora, y quien sea.
Estoy de acuerdo y comparto la opinión, pero aunque yo también opino que sería mejor que una persona que va a ocupar un cargo tenga experiencia previa, la realidad es que van a pasar dos cosas:
a) Te dirán que te cargas el principio de la democracia al no permitir que CUALQUIERA pueda ejercer un cargo público (y en último término, sí que es cierto aunque para mí sería totalmente lógico exigir que a partir de cierto nivel -de presupuestos, de habitantes, etc- se exigiese un cierto CV o una cierta experiencia relacionada con la materia a gestionar.
Para mí el sitio en el que cualquier persona debe y puede participar en la gestión política es sobre todo a nivel de corporaciones locales. Ahí, los problemas y los aciertos son locales, cercanos, y los percibe por igual alguien sin formación alguna que la persona más formada (basta con ser una persona pegada a la calle, a su barrio, etc).
De ahí por encima, o en grandes ciudades donde se manejan presupuestos multimillonarios, convendría exigir una mínima experiencia o formación. Una persona sin formación en un puesto de relevancia es, por desgracia, todavía un poco más susceptible de ser engañada por los interesados de turno (esto no quiere decir que una formación concreta garantice nada, como nos dejan claro todos estos trincones super-licenciados y doctorados en descaro).
De todos modos, lo importante es la integridad de las personas y eso no cambia, se elijan como se elijan. Si una persona es integra y va a trabajar y esforzarse por los demás, el resto irá rodado
b) Dado lo cutre del debate político cotidiano (el que llena las páginas de periódicos, horas de TV y twits y links de internet, el que llega realmente al ciudadano), hagas lo que hagas la oposición siempre te va a poner a parir:
- Si pones a alguien sin experiencia, malo. Porque para gestionar Corporaciones Locales/CC.AA./Administración del Estado hay que tener experiencia y bla bla bla bla...
- Si pones a alguien que sea del ramo, malo. Porque si un médico dirige Sanidad va a ser corporativista y causará agravios a los enfermeros y al personal auxiliar y a los de servicios generales. Si un banquero está en Economía, será como poner al lobo a cuidar ovejas. Si alguien de la industria de Defensa entra en el ministerio, malo porque será para darle contratos a los amigos (y si es un militar, malísimo porque será como volver a un pasado fascista y bla bla bla). Si pones a un sindicalista en Trabajo o a un Juez/Fiscal en Justicia, malo porque estarán ahí por los favores recibidos que ahora habrán de devolver.... Y así, sine die.