Pues te cuento mi experiencia. Con 12 -13 años empecé a conocer a un grupo de gente porque bajábamos a nuestros perros a la misma plaza. Ellos tenían un rango de edad de 15 a 30 y pico años e incluso había uno de más de 50 años.
Estas personas fueron y son de lo más importante de mi vida, hasta el punto de que con 14 años me atropelló un coche y me rompió la pierna (afortunadamente me recuperé por completo), y gracias a ellos que me iban a buscar a mi casa podía salir a la calle un rato (no podía bajar las escaleras sin ayuda por la escayola que me pusieron).
A día de hoy, a pesar de que ya no vivo en La Coruña, siguen siendo grandísimos amigos que aun desde la distancia seguimos manteniendo esa amistad que surgió así por nuestros amigos peludos (que en paz descansan ya nuestros fieles amigos peludos).
Por eso, como ya te han dicho, si son buena gente, preséntaselos a tus padres y que les pierdan el miedo a lo desconocido.
Un saludo.
P.D.: Llegó hasta tal punto nuestra amistad, que cuando uno de los perros se moría, todos llorábamos como si fuera el nuestro propio. Cuando se murió el mio, aunque era de madrugada, los llamé por teléfono y fueron mi gran apoyo en ese momento tan duro de mi vida.