Mi mundo de monstruos

Las paredes de mi habitación se derriten como cera quemada, la luz se agota, se debilita, se apaga. La lluvia empieza a desprenderse del techo convirtiéndose en pequeñas y frías gotas que cuando caen en mis ojos se congelan y quieren cerrarse, por más que lo intento no puedo, y dejo de pensar.

Soy yo, estoy yo, miro mis manos para asegurarme de que vuelvo a ser yo, y siento que alguien me sonríe. Levanto la cabeza y veo que alguien me mira, con el pelo castaño que brillaba del sol, nariz estrecha, ojos marrones, labios finos...no era identico a mi, era yo mismo. Como si fuera un espejo, su imagen bailaba con distinto compás al mio, y nos separaba un fino cristal que dividía su vida de la mía. Se da la vuelta y se pierde en la oscuridad, y sin poder decir nada, me olvido de que alguna vez le ví y sigo con mi propia vida.

Juego con mis amigos, como si todavía fuera un niño, en el parque. Todo está vacío y solo estan ellos y yo, jugando como si nada nos importara, como si no existiera nada más aparte de nosotros, un mundo hecho para nosotros. Mi sonrisa y la de ellos son lo único que nos alimenta la razón y nada parece que vaya a dejar de ser un mundo felíz. De repente la veo a ella, de todas las que había allí era la única por la que mis ojos no podían dejar de mirar, y quise jugar con ella a solas. Me decidí a ir hacia ella, pedirle que juegue conmigo, pero antes de que ocurriese, se va...se va con otro a jugar. Llega la noche, los niños se van, se apagan las luces del parque, y allí estoy yo, en el centro de un rincón agachado mientras que solo quiero cerrar los ojos y soñar. Un pensamiento viene a mi cabeza...¿Que fue de aquel niño, que era yo mismo, que vi al otro lado del cristal?...¿Como le estarian yendo las cosas?...

Dejo de sonreir al que asombrado soy yo mismo al otro lado del cristal, no sabe que soy yo mismo pero con otra historia diferente, otros hechos que narrar. Me encuentro corriendo a toda prisa mientras decenas de cazadores se adentran en el bosque a por su gran trofeo, su animal peludo. No tardo en cerciorarme de que aquel a que persiguen es a mi, que corro a toda prisa mientras que mis patas se mojan con el barro de la lluvia. Alguien viene a darme caza, y sin que pueda decir ni una palabra de quito su única vida de un zarpazo que cae desplomado al suelo. No puedo continuar huyendo, el cuerpo del cazador me mira, me sigue mirando mientras sus labios titiritean del frío. Su mirada se pierde, se olvida, pero yo no puedo reaccionar, estoy parado. Pienso que soy un monstruo, que he matado, y que por ello seguiré siendo un monstruo para toda la vida, peludo, sarnoso...Cabo un gran hoyo y meto dentro al cazador, mientras me arrodillo y empiezo a llorar, ya nada me importaba, el tiempo pasaba cada vez más y más depisa y yo solo quería llorar. Alguien se acerca tras mi espalda, y podía haber sido más rapido que él y matarlo, pero no quería, no quería seguir matando, y por ello continué arrodillado llorando. Solo una bala, y de lo poco que pensé, recordé la mirada del cazador que se perdía, y que ahora iría junto a la mía.

Gracias por su lectura
Te ha quedado un relato bastante surrealista, y tiene un punto muy bueno. Esa dualidad hombre/bestia y todo lo que puede evocar... Me gusta es aspecto como de sueño, de mundos paralelos... muy buena idea.

Creo que al escribir:
"cuando caen en mis ojos se congelan y quieren cerrarse"
deberías matizar un poco, porque tal cual está es como si se quisieran cerrar las gotas, no los ojos. No sé si me explico bien.

Y hay un pequeño lío de tiempos verbales. Pasas de pasado a presente un tanto aleatoriamente y eso descoloca un poco cuando lo lees, porque distorsiona lo que se percibe.

Por cierto, "
titiritean" no se dice. Es "tiritan", del verbo tiritar y no "tiritear" :p
Gracias! y corregire mis errores en un futuro :D

Lo cierto es que si, fue un sueño que tuve hace pocos dias
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