Lo he intentado todo, pero no he podido. Mi dual shock 3 rojo yace hecho pedazos en una bolsa para llevarlo a algún sitio donde lo pueda terminar de triturar.
Todo empezó cuando un día decidí (uno que es gilipollas) jugar un juego llamado Infamous. Era exclusivo de PS3, Sandbox de corta duración y planteamiento original. Además este es uno de esos juegos que parece que su segunda parte va a estar mucho mejor que la primera. Estaba barato incluso en edición especial así que lo adquirí. Craso error.
Soy una persona que, para que lo vamos a negar, si me cabreo la lío. Y este juego me ha cabreado como ningún otro en mis 29 años de vida. Me han sacado de mis casillas, me han puesto ante dificultades absurdas, me han metido en un mundo de trampas y he sobrevivido. Algún mando ha volado contra el suelo alguna vez, pero lo de hoy lo supera todo.
El juego no es ninguna maravilla. El control es un tanto farragoso a veces, es repetitivo como el solo, y el sistema para trepar por edificios y demás es cutrecillo, falla con frecuencia y se engancha. Pero este no es el problema. Que el juego sea monótono hasta el absurdo tampoco es el problema. Puede hacer las mismas absurdas misiones secundarias una y otra vez. Incluso estoy dispuesto a tragarme la excusa de "si me subo en un coche explota" para no conducir vehículos en este sandbox. El mundo prácticamente de cartón piedra con el que no puedes interactuar tampoco ha sido el detonante de mi enfado.
El detonante ha sido, que se han reído de mi por segunda vez. Ya me sucedió una vez algo parecido, y hoy ha sido, pienso, un bug similar. O una cámara oculta. Las misiones del juego a veces tienes dos formas de hacerlas: por el lado bueno o por el lado malo. Estoy (estaba) jugando el juego por el lado bueno. Tenía que recoger a un tipo (evitaré spoilers) y en ese momento aparece una especie de robot gigante para liarla gorda. En ese mismo momento, se te dan dos caminos: explotar el barril de gasolina que hay junto a el y liquidarlo, matando a todos los heridos cerca de el, o dejar que el barril me de a mi. Evidentemente dejé que me diera el barril a mi para obtener puntos de bondad.
De poco ha servido cuando he terminado matando el robot y el juego ha decidido que había actuado con maldad, para joderme el karma por segunda vez en el juego.
Ha sido instintivo, el mando ha volado de mis manos mientras me levantaba con cara de gilipollas, con tan mala suerte que los endebles gatillos del DS3 (sujetos con un miniplastico que se rompe con facilidad) han cedido al impacto.
Me compraré otro DS3, pero las horas de vida que me ha robado esta basura de juego no me las devolverá nadie. Nunca me he arrepentido tanto de invertir horas en un juego.
Y esta es la historia de como murió uno de mis Dual Shock 3...