Nunca dos palabras dieron tanto miedo… “Exámenes” y “finales”. Dos palabras aparentemente sencillas y sin mala fe, pero que adquieren un odio enfermizo al juntarlas en la misma frase “Se acercan los exámenes finales”. Pero qué son? Por qué existen? Por qué? Durante dos horas, todos nuestros miedos se encarnan en una hoja de papel con nuestro nombre, que nos recuerda segundo a segundo, que falta menos para que el examen acabe, y nuestro destino en la susodicha asignatura quede rubricado. Nos recuerda por que no estudiamos esta mañana al levantarnos y haber repasado lo que nos esta preguntando, nos recuerda que ayer no deberíamos haber ido a tomar algo, aunque fuera tan solo durante una mísera hora. Nos recuerda todo en lo que hemos fallado durante esos días… o nos recuerda lo bien que lo hemos hecho. La satisfacción de un examen bien hecho está al alcance de los que estudian y no caen en el error del pasotismo. Pero al fin y al cabo… errar es humano… ¿verdad? Entonces por que no puntuamos al errar? A caso impedimos un hecho tan humano como es el errar?. Esta acción se transforma en un miedo al fracaso, al fracasar la asignatura, por el simple motivo de no escribir en un estúpido trozo de árbol machado y triturado, lo que alguien, al que quizás conozcamos demasiado (véase: la confianza da asco), nos está preguntando, encima, como si no supiera de que va el tema… Es realmente frustrante estar preparándose durante mas de una semana para realizar un ejercicio de apenas dos horas, escribir todo lo que conocemos en la estúpida hoja, repasar y repasar lo que escribimos, realizar la observación filosófica mas profunda de nuestra vida, para que luego, nuestros amigos los nervios, hagan el resto, escribir “Compact Disc” en lugar de “Complemento Directo”, que 2^3 sea 6, o que “Hitler fue un gran hombre”…
En fin, no pretendo asustar o enseñar que es un examen (creo que todos lo tenemos claro ¿verdad?), ni que estudiéis hasta que en vuestras retinas se puedan leer los apuntes con total claridad, eso cada cual a lo suyo, tan solo mencionar que, a pesar de que suspendas todo, que te hayan descontado 5 puntos por escribir mal tu nombre, o que esa pregunta “Esto fijo que no entra”, finalmente, entrase, no desesperes por culpa de los exámenes, tan solo intenta aprobar el examen mas importante, el de la vida. Y si a todo esto no te convence, como alguien dijo una vez: “Siempre nos quedará la recuperación” (o era París¿?).