Vivo con la sensación de haber perdido el poco control de mi vida que pensaba que tenía. Los días no pasan, vuelan. Las semanas empiezan antes de tiempo, el domingo se ha vuelto un día que parece desafiar las leyes más básicas de la física y sus veinticuatro horas se tornan en unos míseros minutos que te encandilan con una sensación de libertad que termina en el mismo instante que tienes que ir a ver al poderoso dios Morfeo, que te llama recordándote que mañana es lunes.
Ahora, en este mismo instante que escribo estas palabras, soy plenamente consciente del grave error que he cometido. De una manera perversa he permitido el paso de esos maravillosos veranos de mi infancia, con su sensación de ser infinitos, de tener tiempo para absolutamente todo, en donde cabía hasta el aburrimiento, a esta vida adulta tan saturada de actividad y tan vacía a la vez, que me invade la sensación de haber dejado de vivir la vida en presente, con sus maravillosos días de veinticuatro horas, a vivir únicamente en esos domingos que, de una manera increíble y triste, apenas duran unos minutos.
Pd: Mi primer microrrelato, se aceptan todo tipo de sugerencias.
Pd2: ¡Espero que lo hayáis disfrutado!
