Pues precisamente si su intención es acabar con esas dictaduras han elegido el peor camino, cuanto mayores posibilidades de comunicarse con el exterior tengan los habitantes de esos países, más se abrirán sus ciudadanos y con el tiempo sus gobiernos. La información es poder, el aislamiento solo favorece a los regímenes totalitarios.
A España ya le ocurrió algo parecido cuando vivió el auge del turismo durante el franquismo: el ignorante españolito de a pie que era bombardeado con propaganda gubernamental a diario de repente se vio con la posibilidad de entablar conversaciones con alemanes, franceses o ingleses que socialmente estaban mucho más avanzados y con ideas mucho más liberales que el ultraconservador franquismo. Ello forzó una apertura -aunque tímida- del régimen.