Microsoft ha querido poner fin a la
controversia creada por los requisitos iniciales de Windows 11 anunciando que no impedirá la instalación de su nuevo sistema operativo en la mayoría de los ordenadores antiguos, imponiendo únicamente barreras a la actualización desde sistemas Windows 10 a través de Windows Update, según pudo confirmar este fin de semana
The Verge.
En la práctica, esto supone que máquinas basadas en
procesadores anteriores a Intel Core de octava generación y AMD Ryzen 2000 podrán recibir Windows 11 a pesar de que dichos procesadores no cumplen los requisitos de seguridad originales definidos por la compañía. Para ello el usuario tan solo deberá descargar una ISO, grabarla en un medio de almacenamiento adecuado (un
pendrive, por ejemplo) y lanzar el proceso de instalación.
Técnicamente esto implica que millones de usuarios de todo el mundo podrán beneficiarse de los cambios y mejoras de Windows 11 el mismo día de su lanzamiento independientemente de la antigüedad de sus procesadores. Con un "pero" importante: podrían quedarse sin actualizaciones.
Según ha hecho público Microsoft, aunque la instalación de Windows 11 por el método ISO permite evitar los requisitos de hardware, los equipos no soportados no tienen por qué recibir actualizaciones a través de Windows Update. Por su parte,
The Verge explica que esto abarcaría desde mejoras de funciones y nuevas restaciones a parches de seguridad y paquetes de drivers.
Así las cosas, Microsoft está dando a los propietarios de una máquina antigua la posibilidad de probar su nuevo sistema operativo con la esperanza de que les guste lo suficiente para cambiar de PC (algo que posiblemente demandan sus socios de hardware, viendo la longevidad que está teniendo Windows 10), pero al mismo tiempo limitará la experiencia al estado original del sistema operativo.
Queda por ver hasta qué punto estarán limitadas las actualizaciones, puesto que por ahora Microsoft no se cierra en banda a las mismas; simplemente señala que los equipos antiguos no tendrán derecho a las mismas. De hecho, cabe recordar que Microsoft ha llegado a parchear vulnerabilidades muy graves en sistemas operativos abandonados, así que cabría la posibilidad de que habilitara un soporte mínimo de emergencia. Con todo, los usuarios de estas máquinas deberían saber que instalan Windows 11 por su cuenta y riesgo, y que cualquier actualización posterior será más un "favor" que una obligación por parte de Microsoft.