Que Windows Phone no termina de arrancar no es un secreto, las cuotas de mercado que se van publicando cada trimestre así lo atestiguan. Desde que Microsoft
compró la división móvil de Nokia ha ido puliendo su sistema operativo móvil, hasta conseguir un software muy estable y enormemente fluido que hace las delicias de sus usuarios, pero el prácticamente abandono de los desarrolladores por la falta de cuota de mercado acaba pasando factura y eso en Microsoft no pasa desapercibido.
Hace unos meses en Redmond ya hicieron pública su fase de reestructuración con
3.000 despidos, la cual formaba parte de la
mayor reestructuración de Microsoft en su historia, acabando con un total de 18.000 puestos de trabajo, muchos de ellos pertenecientes a personas de la adquirida Nokia.
Ahora, mediante un comunicado publicado en su
web oficial, Microsoft anuncia nuevos recortes en su departamento de hardware de telefonía que pasan por el despido de 7.800 personas y una reestructuración del negocio movil. Esta operación tendrá además como consecuencia unas pérdidas contables para la compañía de 7.600 millones de dólares, relativas a los activos adquiridos en la compra de Nokia.
El propio CEO Satya Nadella ha enviado un email a todos sus trabajadores donde explica: "Estamos pasando de una estrategia para hacer crecer nuestro negocio de telefonía independiente a una estrategia para crecer y crear un mejor ecosistema de Windows. Nos centraremos más en lanzar
smartphones más competitivos sin perder la capacidad de reinvención a largo plazo".
Microsoft comenzará a hacer efectivos los despidos y la reestructuración en el departamento móvil a finales de este mismo año y, aunque en ningún momento se dice que abandonan el sector de los
smartphones o que no se fabricarán más Lumia, sin duda estamos ante un duro golpe para el gigante de Redmond, que ve con impotencia su lucha por entrar en el feroz mercado móvil en el que tiene que competir con los intratables iOS y Android.