El miedo a las agujas y en general a los procedimientos médicos, es psicológico, es irracional, y nos viene arrastrado de la niñez, por lo traumático del momento.
Efectivamente, ni el dolor es intenso, ni el perjuicio dura en el tiempo. Es peor el "pre" pinchazo que el "post" e incluso el "durante". TODO es un trauma NO RESUELTO, arrastrado de cuando éramos niños y para nosotros ése era un momento de verdadero peligro: dolores agudos e intensos, propiciado por alguien que NO conocemos, y que tiene control total sobre nuestra voluntad en ese momento. Además, por alguna extraña razón que no entendemos (y que no queremos entender porque nuestro instinto de supervivencia es más fuerte que la razón) nuestros padres o tutores NO nos protegen ni nos salvan del peligro. Al contrario, se unen al enemigo.
La única solución para superar un miedo es enfrentarse a él. No existen atajos ni trucos, aunque sí peores y mejores formas de enfrentarse a un miedo. Como han dicho, la exposición controlada a la fobia puede ayudar a ir superándola poco a poco.
En el caso de los pinchazos: enfrentaos a ellos desde el adulto que hay que en vosotros. Anteponed la razón al deseo, y el valor y el sentido común al instinto. Intentad imaginad el adulto racional y maduro que tenéis dentro, y enfrentaros, con valor, al momento. El que pueda que mire el pinchazo el que no, que poco a poco se enfrente a esas situaciones con la misma estrategia si tiene éxito, hasta que al final la ansiedad anticipatoria desaparezca.