Rozando ventanas y edificios
acaricia del árbol las hojas,
recorriendo ciudades, océanos,
montañas, arenas rojas.
Llevando voces, olores, recuerdos,
me trae tu mirada,
me trae tus caricias,
me trae tus palabras.
Y dormido en la niebla,
espero a que vengas
a taparme con tu manto,
que de frío la piel se me quiebra.
Mil rosales y una espina
entre tantas me he clavado,
mil cuchillas y una espada
entre todas me ha matado.