Yo de pequeño también he jugado a clavarnos los portaminas, con un amigo y mi hermano, en clase... casi siempre en el brazo o en la mano y, cuando ya hacía calor y llevábamos pantalones cortos, en el muslo.
Eso sí, normalmente no se quedaba más de un día dentro de la piel, o ni eso.
Lo que si tuve fue una astilla durante un año en el dedo índice, en el lateral, y me dedica toquetearla todos los días... hasta que al final salió.