Mirada Sempiterna.

Una foto, un regalo, una charla, una reminiscencia a un pasado tan cercano, una caricia e incluso una palabra de riña, momentos congelados que siempre retenemos para nosotros cuando esos seres queridos nos dejan. Porque en definitiva, siguen vivos mientras se les recuerden, siguen vivos mientras se les reconozca su papel en nuestra vida, en forjarnos cómo personas, como lo que fuimos y seremos.

Siempre es bonito volver a leerte aunque sea con la tristeza como protagonista. Porque en tan solo unas líneas puedes describir y sobre todo transmitir la nostalgia, el dolor, la ausencia y el vacío que desgraciadamente muchos hemos sentido en algún momento.
Al final es cierta la frase.

Vive para siempre, como las ideas, en las personas. que la conocen.
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