...Mis lágrimas y yo...
Cierro la puerta del coche, creía que ya me había desahogado sobre tu hombro, entre tus brazos.... pero aún me quedan lágrimas por derramar. Fugitivas tras las oscuras lentes, que pasan desapercibidas ante los ojos de los paseantes de la ciudad.
Caminando por las calles por las cuales paseamos nuestro amor, parándome en los semáforos en los que nos fundíamos en eternos besos, viendo los carteles que cuelgan de las ventanas anunciando su alquiler... pero esta vez sola. Sóla pero contigo, porque siempre te siento conmigo.Llego a casa y entro en la habitación.
La luz es tenue, la cama en la que momentos antes retozamos está desecha y aún permanece tu vaso de agua en mi mesilla de noche. Supongo que ahí se quedará al menos hasta mañana, que ya me habré hecho la idea de tu ausencia por completo.Miro el reloj, y aún queda rato para saber de tí, para oir tu voz y suspirar aliviada al saber que llegaste bien.
Sigo esperando, seguimos haciéndolo, mis lágrimas y yo...