Palabras mayores. El disco que me abrió las puertas del rock duro (odio el término Metal y derivados) fue esta obra maestra de los Guns N' Roses. Un día, siendo un chavalote, iba con mi tío a comprar discos y me llamó la atención la portada de este disco, que por supuesto, mi tío ya tenía, y cuando le llamé la atención sobre la portada, se limitó a asentir, a cogerlo, a comprarlo y a regalármelo. "Esto es una de las cumbres del rock", me dijo.
Este fue el primer paso de una leyenda que se cimentó con pocos discos (cuatro, si descartamos el infame "Spaguetti Incident", realizado para acabar el compromiso con la casa discográfica y el "Live Era" que se publicaría muchos años después). Axl y su voz única, el dios de la guitarra Slash, el demoledor Steven Adler (que sería reemplazado en el siguiente disco por su adicción desmesurada al alcohol), Duff y su inconfundible sonido al bajo e Izzy y su maravillosa guitarra rítmica harían historia. Partiendo del deseo de hacer una banda para tocar versiones de los Rolilng Stones, fueron mejorando hasta convertirse en una de las bandas más míticas que ha parido la música.
El primer asalto del disco es la mítica Welcome To The Jungle, con ese riff atronador de Slash, que nos habla de la llegada a la cima y a la gran ciudad de una banda joven, aturdida por el éxito. Es curioso, pero aunque a día de hoy es una canción muy conocida, cuando se lanzó, pasó meses sin apenas recibir atención de los medios hasta que, obra del destino, apareció en la película "La Lista Negra", a partir de ahí, todo fue rodado para estos chicos, abriéndoles las puertas del olimpo.
It's So Easy arranca con la nota distintiva del bajo de Duff, y con un estribillo marcado por el cencerro de la batería de Adler. Canción sobre los excesos y la sensación de que nada te complace cuando estás en lo alto. Ironía pura en las letras de Axl, que repetirá a lo largo de toda la carrera de este grupo.
Y arranca Nightrain, quizás uno de los principios más famosos de la historia del rock con esos riffs marca de la casa y esa maravillosa e inconfundible voz de Axl, y, para variar, el solo de Slash es tan impresionante que mejor "darle de comer aparte", que barbaridad. Después, otro inicio atronador (y van...) con Out Ta Get Me, un ácido ataque a los censores y al sector puritano de EEUU, cantada con rabia por encima de unos músicos que ya en el cuarto corte del disco demuestran que son de lo mejorcito en cada uno de sus puestos.
Un inicio casi psicodélico da entrada a Mr Brownstone, canción sobre el ritmo de vida en la carretera de gira y los chutes de cocaína que se metían entre pecho y espalda estos señores y la incapacidad de dejarlo en ese momento. En esta canción, destacar especialmente la sección rítmica y de nuevo el sólo poderoso de Slash, que siendo un chaval me dejaba alucinado con cómo se podía tocar al modo de la vieja escuela y a la vez, tocar como nadie lo había hecho antes.
Manos arriba señores, porque llega un auténtico clásico, Paradise City, una clara ironía sobre EEUU y su "estado del bienestar", un estribillo memorable y sobre todo, un final realmente demoledor hacen de esta canción una auténtica delicia. Seguimos con un inicio engañoso, fúnebre, al ritmo de la guitarra de Slash, hasta que cambia el ritmo y empieza My Michelle, el relato de una muchacha metida en una espiral de drogas y prostitución, pero que acaba con una nota de optimismo y la salida de ese ambiente gracias al amor (primera señal del Axl romántico, que se harán evidentes conforme avance el disco).
Think About You, una de mis canciones preferidas del disco (si no lo son todas...) es una oda al amor perdido a ritmo de un fantástico medio tiempo, con un cambio de la eléctrica a la acústica en el estribillo totalmente soberbio, y un Axl totalmente desatado. Tiene una maravillosa estructura pop que la hace pegadiza hasta decir basta.
Y llega el éxtasis: Sweet Child O'Mine, comentaba antes que Axl en el fondo es un romanticón, y aquí lo demuestra con creces. Siempre me pareció un excelente letrista, que además, cambia de registro como de chaqueta, y de escribirte canciones gamberras y durísimas, pasa a narrarte de manera totalmente poética sus aventuras y desventuras con el amor. No creo que tenga nada que decir al riff inicial de esta canción, porque es tan inmortal, que hay poquísima gente que no lo conoce. Es una declaración de amor en toda regla y bastante entrañable. El tempo es muy original y Axl vuelve a estar increíble, en cuanto a lo de Slash en esta canción, y en todo el disco, no tiene nombre. Escuchad el trabajo de las guitarras (Izzy también está ahí, señores) en esta canción detenidamente, es impresionante.
Tras la despedida de uno de los temas más míticos de la historia del rock, empezamos una tripleta de cañonazos: You're Crazy y su ritmo frenético nos cuentan la historia de un amor despechado, en el que tienes la sensación de haber sido utilizado, seguimos con Anything Goes y su ritmo burlón y la letra más sexual de este disco, la canción fiestera por excelencia...
Y llegamos al final con Rocket Queen, que empieza bien, sigue igual de bien, pero tiene un sorprendente cambio al final que la hace totalmente memorable y es un guiño al rock de los 50 y 60 y termina de manera sobresaliente este disco que es de matrícula de honor. Siempre que escucho esta canción me emociono y soy consciente de la maravilla de disco ante la que estoy. Sobran las palabras.
Fue el primer paso hacia una carrera impresionante, se hicieron dinosaúricos con sólo unos pocos discos, y con la misma rapidez con la que hechizaron nuestros corazones rebeldes, se fueron y dejaron un hueco imborrable en el rock duro. Os seguimos echando de menos.
Extraído de
mi blog.