En Teoría de la Comunicación, se estudia que tanto o más importante que el mensaje es el propio contexto de la comunicación.
Ejemplo:
a) Si tú y yo estamos tomando copas un sábado noche, y yo te digo "¡Entonces, hijoputa, ¿qué te pasó el otro día que no apareciste?" -> me estás viendo mirarte a la cara, con una sonrisa y una expresión alegre y relajada -> sabes que el "hijoputa" te lo digo en plan de coña, considerando la confianza que hay entre nosotros.
b) Te digo la misma frase, hablando por teléfono desde nuestras casas. -> Notas mi tono de voz, tan relajado y sin tensión como mi cara en el momento de decirtelo -> "Hijoputa" es en coña.
c) Te escribo lo mismo en el tablón del facebook. Tú desconoces el estado de ánimo en el que te lo escribí, y habida cuenta de que faltaste a tu cita con nosotros, crees que puede haber motivo para un enfado (que no un insulto, ojo) -> ¿Seguro que lo de "hijoputa" es en coña?
(esto, sin contar que a lo mejor no le apetece que los demás que visitan el tablón vean que hay alguien -a lo mejor te conocen, a lo mejor no- que la llama zorra por la razón que sea: puede darle corte si lo leen amigas, familiares o un tío que le mole y se pase por su perfil)
Háblalo con ella y aclarad esta tontería, que con 21 y 19 tacos ya sois mayores de sobra para perder tiempo en estas gilipolleces. Y para otra vez, mide un poco más las palabras, que los emoticonos y el "mwahahaha" sirven para indicar la coña, pero sólo hasta cierto punto...